miércoles, 30 de diciembre de 2009

García Pinochet tambien aclara situación....




Señor Director:

Juan Pablo II en La Moneda

El año 1987 el Papa Juan Pablo II recibió en La Moneda a toda la familia del Presidente Pinochet, entregándonos afectuosamente un obsequio que celosamente conservo. Su Santidad fue afectuoso y cordial, dándose el tiempo de saludar no sólo a los hijos del general, sino también a cada uno de sus nietos, incluso a aquellos de muy corta edad.


Un año antes, un miembro de la Iglesia chilena cuestionaba la veracidad del atentado del que fui víctima junto a mi abuelo, ironizaba al llamar el lugar donde ocurrió el hecho como “Cuesta Creerlo” en vez de su verdadero nombre: “Cuesta Achupallas”. Su confusión deslegitimaba la memoria de los cinco uniformados que fueron asesinados en aquel acto terrorista.


Hasta el día de hoy pareciera que algunos sacerdotes confunden los hechos que involucran al Presidente Pinochet, al hablar de un supuesto engaño; sin embargo, existen testigos de esos hechos —como lo fue el general (r) Guillermo Garín y su relato en carta del día 29 de diciembre de 2009— que a Dios gracias podemos contribuir a aclarar dichas confusiones.

Rodrigo García Pinochet

Un carta que pone los puntos donde corresponde.....

Señor Director:

Juan Pablo II en La Moneda

Recientemente, se ha difundido a través de la prensa y particularmente en carta del P. Cristián Precht B. (publicada el 27 de diciembre) que el Presidente Augusto Pinochet U. “hizo asomar” a Su Santidad Juan Pablo II al “balcón del Palacio Presidencial contra su voluntad”, con ocasión de su visita oficial al Jefe del Estado de Chile, en su gira al país en abril de 1987.

No puedo creer que esa afirmación provenga de un sacerdote como el cardenal Tucci, precisamente por tratarse de un sacerdote, pues esa afirmación es totalmente falsa; seguramente se la atribuyen a tan distinguido Cardenal.

Como jefe de la Casa Militar en esa oportunidad, acompañé al Presidente de la República en todo momento al recibir en La Moneda a Su Santidad (Jefe de Estado Vaticano), a quien el Presidente demostró el mayor respeto, tratándolo con evidente afecto. Jamás existió algún gesto para imponer acto alguno.

Respecto de los hechos descritos, que no se ajustan a la verdad, existen testimonios gráficos (videos y fotografías) que fueron de público conocimiento y que desmienten tal aseveración, ofensiva para el Presidente de la República y también para Su Santidad.

La ventana a la que se refieren las publicaciones estaba con las cortinas abiertas (como siempre) y se escuchaba el clamor de la ciudadanía reunida desde el amanecer en la Plaza de la Constitución. Cuando Su Santidad, acompañado por el Presidente, después del acto de recepción, observó hacia la ventana, y sin mediar palabra alguna, miró al Presidente y se dirigió con toda naturalidad al balcón, saludando a la multitud que lo aclamaba. El Presidente lo acompañó en todo momento un paso atrás.

Posteriormente, ambos se dirigieron a la audiencia privada, terminada la cual nuevamente Su Santidad saludó desde el balcón interior al público reunido en el Patio de los Cañones, y luego bajó por la escalera del Patio de los Naranjos, saludando al numeroso público allí reunido, siempre acompañado por el Presidente Pinochet.

La ejecución del programa en el Palacio fue de mi responsabilidad, por lo tanto observé personalmente y en todo momento cada actividad desarrollada, con la sola excepción de la audiencia privada.

Por lo tanto, puedo testimoniar lo que presencié y dejar constancia del afecto evidente que el Presidente mostró hacia Su Santidad, lo que corresponde al sentimiento que él siempre tuvo por el Papa Juan Pablo II.

Al terminar la visita, el Presidente acompañó al Santo Padre hasta la puerta de La Moneda, frente a toda la multitud que los observaba.

Su Santidad se despidió con afectuosos gestos.

Guillermo Garín Aguirre

General (r)

Ex Vice Comandante en Jefe del Ejército



lunes, 28 de diciembre de 2009

Una carta decidora y nuestro comentario.


Señor Director:

Administración de Codelco

Comparto lo señalado en el editorial "Negociación colectiva en Codelco", de ayer sábado 26, en dos temas. Primero, que los trabajadores de Codelco son privilegiados. Cuando don Patricio Aylwin señaló esto mismo hace casi 20 años, los trabajadores tenían rentas y beneficios muy inferiores a los actuales. Segundo, estos sueldos y beneficios sobrenormales son a costa de todos los chilenos. Incluso si el cobre baja, el costo lo asumirán también los trabajadores, ya que están haciendo que la empresa sea intrínsecamente no competitiva.

Considero que la actual oferta de la administración de Codelco es excesiva. Un bono de $11,5 millones está bien, dado el alto precio del cobre, pero un alza de remuneraciones de 3,8% en un contexto de IPC negativo, y mantener 25 días hábiles de vacaciones, me parece dañino.

Es de esperar que la nueva ley de gobierno corporativo ponga orden en la empresa por el bien de Chile y de los más necesitados.

Por último, no comparto que la solución sea privatizar la empresa. La solución es incorporar un 5% de capital privado en una serie B de acciones con derecho a nombrar dos directores. Este 5% de capital privado debería ser colocado entre los trabajadores, contratistas, AFP y residentes en Chile, con un límite de concentración de 1% en la serie.

Paul Fontaine B.


Nota de la Redacción:

Consideramos totalmente válido el planteamiento del Señor Fontaine, sobre todo considerando que aunque en el papel CODELCO pertenece a todos los chilenos, la realidad nos indica que desde hace 20 años es el botín de uno de los partidos que integra la concertación y que sus beneficios no llegan a los millones de accionistas que somos el pueblo de Chile.