sábado, 23 de enero de 2010

Una sola, pero buena......


Señor Director:

Escudo Nacional.

Tal como han expresado otros lectores, concuerdo con que ojalá sea una pronta tarea reemplazar el modernísimo y frío logo de cubos, e instalar lo que corresponde, el escudo nacional. Si las tradiciones no se respetan y protegen, nunca habrá historia.

En lo que sí no concuerdo con el profesor Letelier es en cuanto a volver al ritmo marcial que durante años se impuso a la entonación del himno nacional. Tal como su título lo indica, la nuestra es una canción, no una marcha. “La Marsellesa”, por ejemplo, es una marcha. Y se marcha con ella. Pero el hecho de que durante mucho tiempo se haya modificado su ejecución, aplicándole el ritmo binario de las marchas a nuestra Canción Nacional, y que incluso se haya desfilado con ella, no implica que sea lo correcto.

Alberto Pacheco K.


Nos unimos al clamor ciudadano por devolver a nuestro Escudo Nacional al sital de honor que le corresponde.

viernes, 22 de enero de 2010

Cartas excepcionales....




Señor Director:

Volvamos a nuestro escudo y Canción Nacionales.

No tan notorio para el público masivo como el cambio del Escudo Nacional original por un cuadrado de cubitos ha sido la rearmonización y reestilización de nuestra Canción Nacional. En efecto, se la ha despojado de su sentido rítmico, cuyo equilibrio le confería una estructura sólida y viril, suprimiéndole tresillos y giros marciales para alejarla de cualquier referencia que pudiese recordar un coro de soldados, y además se “suavizó” armónicamente transformándola en un pastiche amorfo de pésimo gusto. Esta versión es la que se usa en ceremonias oficiales, la que afortunadamente no ha logrado hacerse masiva en otros ámbitos. Estoy absolutamente de acuerdo en que se debe restablecer la partitura original de nuestra Canción Nacional.

Miguel Letelier Valdés
Premio Nacional de Música 2008

Señor Director:

Renuncias de Parlamentarios.

Luego del contundente triunfo de Sebastián Piñera, han aparecido ofrecimientos de algunos parlamentarios que estarían dispuestos a renunciar a sus cargos para asumir tareas en el Poder Ejecutivo del nuevo gobierno.

Creo que lo que los chilenos expresamos en las urnas el domingo pasado se interpreta como una necesidad de cambio en la forma de gobernar y de hacer las cosas, respetando la voluntad de la gente, mirando el interés de todos, y no de algunos, ya que al elegirse a un presidente o un parlamentario, lo que se entrega es un mandato para administrar lo ajeno, se elige un representante que debe ejercer sus funciones a cabalidad. Es por esto que no creo prudente que un parlamentario renuncie a su cargo, ya que éste no le pertenece, sino que es de la gente que lo eligió para ese cargo y al cual postuló democráticamente.

La tarea es grande y dura, se necesita la fuerza de todos para que desde el rol para el cual fueron elegidos cambien Chile.

Roberto Correa Vergara
Abogado

Señor Director:

Oportunidad.

Los organismos públicos deben considerar la oportunidad política de sus actuaciones, especialmente cuando pueden despertar la sospecha de que apuntan a objetivos electorales ajenos a sus fines. Las sospechas son razonables en el caso Frei Montalva, donde, tras años de investigación, un juez, por lo demás prestigioso, adopta una decisión espectacular pocos días antes de la elección. Muchos se preguntan, con razón, si acaso no podría haber esperado una semana, o, mejor aún, hasta el 18 de enero. También resulta llamativa la celeridad con que el Tribunal Constitucional tramitó la ley sobre la píldora del día después.


A menos que existan razones todavía no exhibidas para proceder así, se trata de impropiedades impresentables que, no constituyendo faltas que deban ser investigadas por otros organismos públicos, deberían ser objeto de indagación periodística. Los ciudadanos confiamos en la prensa para que devele las responsabilidades políticas de esos jueces, si las hubiera. Solamente el buen periodismo puede acoger nuestras sospechas, para disiparlas o para confirmarlas.

En cambio, no queda más que felicitar a la Comisión Mirage por haber esperado para emitir un dictamen, que pudo ser perjudicial para la Concertación, cuando ya no podrá tener ninguna incidencia electoral.

Cristóbal Orrego Sánchez

Señor Director:

Cambio imprescindible.

A pesar de haber perdido en las elecciones del domingo, algunos personajes de la Concertación como Camilo Escalona aún no entienden que deben terminar con la lógica del pasado; aquella que en la campaña presidencial se empeñó en atizar una falsa división entre buenos y malos chilenos. Los buenos y únicos demócratas de la Concertación, y los malos de la derecha antidemocrática; los buenos de la Concertación que protegen el interés de los trabajadores, de las minorías sexuales y de los pobres, y los malos de la derecha que están en contra de todo aquello.

Aún no se dan cuenta algunos de que lo que Chile decidió el domingo fue terminar de una vez por todas con esas odiosas polarizaciones propias del siglo XX, con la esperanza de recrear una convivencia en donde todos juntos hagamos de nuestra Patria un lugar donde nadie está de más; donde todos podamos aportar con nuestra imaginación, trabajo y estudio a resolver los innumerables problemas que nos afligen como sociedad; donde las soluciones sean las mejores para el bien superior del país, y no para ganar elecciones o derrotar a un adversario político.

Sebastián Piñera no lleva ni una semana como Presidente electo y ya estamos en presencia de una nueva campaña del terror en que se le dice a la gente que habrá revanchismo, despidos masivos y que los derechos alcanzados se van a derogar.

No necesitamos más de esta retórica. Necesitamos urgentemente unir esfuerzos, porque somos pocos y el talento no sobra. Terminemos con las falsas divisiones y volvamos a hacer de Chile un país unido, con mística, con rigor por hacer las cosas bien, y dejemos atrás años de dolorosas divisiones que tanto mal nos han causado.

Jaime Jankelevich

Señor Director:

Roto Chileno.

Ayer, 20 de enero, se celebró una vez más esta fiesta popular. Esta fecha se transformó en efemérides nacional para conmemorar un hecho de armas de nuestro ejército, la Batalla de Yungay, ocurrida en 1839. Esta victoria del general Manuel Bulnes puso fin a la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. El nombre de Yungay, aquella lejana comarca del territorio peruano, se incorporó al alma nacional.

El 20 de enero los chilenos honramos la memoria de una batalla que ocurrió hace más de siglo y medio, y la gente se reúne en la Plaza Yungay, al pie del monumento al Roto Chileno. Hermosa tradición, que todos los años reúne, hermana y junta a personas de muy distinta condición.

Germán Becker

martes, 19 de enero de 2010

Tres cartas de olena actualidad.....


Señor Director:

Entiendo que los partidarios del candidato ganador hayan recibido su triunfo con gran euforia. Sin embargo, creo bueno decir que, más que un triunfo de la coalición de centroderecha, vimos una derrota dura de la candidatura de Eduardo Frei.

Buscando las causas, no creemos que fue por no cambiar a los viejos por jóvenes. Ni culpar a Marco Enríquez-Ominami o a los presidentes de los partidos. La derrota vino del rumbo que tomó la candidatura perdedora.

Los que fuimos concertacionistas durante años y esta vez tuvimos que votar por Piñera lo sabemos. Esta Concertación perdedora no fue la de Aylwin, ni la del Frei del 94, ni la de Lagos, ni fue la de Bachelet. Ellas fueron victoriosas, porque entendieron que el país no quería extremismos. Quería gobiernos de equilibrio que representaran a la gran mayoría nacional.

Sin embargo, ahora, el candidato Frei se deslumbró con una izquierda trasnochada: ofreció más Estado, cuando el país quería gente más libre y emprendedora; atacó a la empresa privada, sin respetar su importancia en el desarrollo del país; se alió con los comunistas, enajenándose a tantos democratacristianos que no pudimos compartir con aquellos que aún no renuncian a la violencia y siguen defendiendo dictaduras atroces, como la cubana.

Los que durante 20 años estuvimos con la Concertación y que por primera vez tuvimos que abandonarla no lo hicimos porque estuviéramos en desacuerdo con la gestión de gobierno. No lo hicimos porque nos guste la derecha o la centroderecha. Lo hicimos, resignadamente, porque la candidatura de Eduardo Frei se apartó del centro político y vendió sus ideales por algunos votos que o no conquistó o que le pertenecían de todas maneras. Esa candidatura perdió el rumbo y pretendió llevar al país a una política de enfrentamiento, de un izquierdismo anticuado que no representa en Chile más que un pequeño porcentaje de votos. Por ir por más, se quedó con menos, y perdió a su propia gente.

ROBERTO MUNITA HERRERA

Abogado

Señor Director:

Ni la muerte del Presidente Frei Montalva, ni el Museo de la Memoria, ni los ministros en terreno, ni los sucesivos jefes de campaña, ni la agresividad de la vocera, ni el silencio de Escalona, ni el risueño alcalde, ni los actores de teleseries, ni las leyes de última hora, ni las apuradas inauguraciones, ni el corazón socialista, ni los 80 puntos de la Presidenta, ni su inadecuada intervención, ni la de cientos de funcionarios públicos, nada pudo acallar la voz de la mayoría.

JOSÉ MIGUEL DEL SOLAR C.

Señor Director:

Veamos cuáles son las primeras medidas que podrían sugerirse al Presidente Piñera:

1.- Los antes posible, y en calidad de Presidente Electo, viajar a Haití para llevar un abrazo solidario al General Toro y saludar a nuestras tropas que se sacrifican allí. Ello, antes de los anunciados y tradicionales encuentros con los presidentes de Argentina, Perú y Bolivia.

2.- Una vez asumido su cargo:

- Inmediata destitución y reemplazo del director del diario La Nación, órgano de difusión del gobierno, que ha sido una vergüenza como ejemplo de sectarismo y mentira.

- Solicitar de la Contraloría General de la República una auditoría completa a todos los servicios y empresas públicas, dotando al organismo de más personal, si es necesario (aunque sea en comisión de servicio), para cumplir total y rápidamente con ese cometido.

- Ejercer las acciones legales en contra de quienes aparezcan responsables de cualquier acto de corrupción que esas auditorías detecten.

3.- Instruir a su Ministro de Justicia y a sus SEREMIS de Justicia sobre la obligación de dar cumplimiento y otorgar los beneficios penitenciarios que corresponden a los ex-miembros de las FF. AA. que cumplen prisión y que tienen derecho a esos beneficios (salidas de día Domingo, salidas de fines de semana, reclusión nocturna, etc.) que hoy les son arbitrariamente negados.

4.- Tal como en su momento (pero en sentido contrario, revanchista y vengativo) lo hizo el ex-Presidente Aylwin, dirigirse al Poder Judicial, por intermedio de la Corte Suprema, manifestando el criterio presidencial de que "las leyes deben cumplirse" sean cuáles sean (Amnistía, Cosa Juzgada, Prescripción, Presunción de Inocencia, acumulación de las penas, etc.) y se apliquen a quienes sea, ex-uniformados tanto como a ex-extremistas. Ello, porque la verdadera reconciliación y fin de la transición lo exige así, y fue prometido en la campaña.

5.- Enviar un proyecto de ley para eliminar, modificando la Ley de Presupuesto y todo Decreto, el otorgamiento de fondos fiscales a cualquier ONG (organización no gubernamental), sea de izquierda o de derecha, porque no es posible que esos misteriosos organismos se nutran del dinero de todos los chilenos.

6.- Crear una comisión (aunque suene feo) destinada a diseñar una solución para el Transantiago, no sólo en lo referido en su falencia financiera, sino más bien bajo la óptica de la comodidad de los ciudadanos, en cuanto a recorridos, horarios, calidad de las máquinas y tarifas. En esa comisión no podrían faltar los Alcaldes metropolitanos, los antiguos operadores "amarillos", ni el propio Cortázar.

ESO, POR AHORA...

¡VIVA CHILE!

Ramón Salustio Sánchez Carmona

Talca