Sr. Director:
Me parece que el Ministro Vidal se cree solo el cuento de sus historias, y la verdad es que sus últimos anuncios en especial el del fallo del T.C. en relación a la píldora del día después, deja mucho que desear, y pasa a ser bastante ofensivo a los que SI estamos de acuerdo con la prohibición de la píldora.
Sr. Ministro, le quiero dar un solo consejo, usted no puede tratar a la población chilena en la forma en que hace sus declaraciones, Usted es un Ministro de Estado, no es un charlatán. Para ser Ministro no solo vale serlo, también hay que parecerlo, y si representa al Ejecutivo, mayor aún debieran ser mesuradas sus declaraciones. Hágalo por Chile Ministro, ayude Usted primero que nadie a respetar de los piensan distintos y haga declaraciones a su altura.
Gonzalo Navarrete Suárez
Nota de la redacción:
Lamentablemente el Señor Vidal se cree un pequeño Dios, cree que los demás somos absolutamente tontos y que el nos puede tratar como quiera, además de tener el derecho a meternos permanentemente el dedo en la boca.
Nosotros afirmamos que al Ministro se le asoma permanentemente la ojota totalitaria, pues de otra manera es imposible entender su permanente diatriba y siembra de odiosidades.
Señor Director:
REACCIONES POR TRASCENDIDO
Si bien se ha hecho ya una costumbre analizar y/u opinar sobre los trascendidos de algunos fallos antes de que éstos hayan sido notificados debidamente a las partes, a todas luces cuestionables resultan los comentarios, observaciones y/o reparos que algunas autoridades, políticos, profesionales, opinólogos y/u opinógrafos hacen de ellos, como se está dando con “la sentencia” inapelable del Tribunal Constitucional -que se estaría dando a conocer el próximo martes 22- en la causa sobre “la píldora del día después” -Levonorgestrel 0,75 mg- “que estaría prohibiendo” su distribución en el sistema público, propinando un duro golpe a las autoridades de Salud que de manera ya obsesiva -primero mediante la dictación de una “resolución exenta”, luego a través de un “decreto supremo”- han promovido y llevado adelante la entrega gratuita en los consultorios -incluyendo a niñas de catorce años en adelante, sin conocimiento y/o consentimiento de sus padres- de este cóctel hormonal de emergencia -abortivo o no-, cuya ingesta dentro de las 72 horas “después de”, es imprescindible para evitar embarazos no deseados como consecuencia de una relación sexual “sin protección”, como de igual modo para evitar abortos que se hacen en la clandestinidad, con riesgo vital y en muchos casos con consecuencia de muerte.
Advertir que la prohibición trascendida provocaría una crisis sanitaria de proporciones en Chile, no deja de ser una política del terror a la que se recurre para granjearse la simpatía popular, toda vez que no tan sólo existe el Levonorgestrel 0,75 mg como recurso anticoncepcional. Hay varios otros que con sólida educación, conocimiento y responsabilidad resultan tanto o más efectivos para los plausibles fines que persigue el Gobierno -incluyendo la prevención de enfermedad venéreas-, sea el correcto uso del condón, sea la abstinencia sexual -si no prolongada en el tiempo, al menos durante el período fértil de la mujer-, sea la práctica de sexo oral, cada vez más difundida entre nuestros adolescentes.
Finalmente, si con el mismo entusiasmo que la autoridad defiende la distribución gratuita de este fármaco, propiciara el reforzamiento del rol de la familia en este tema, dejara de dividir majaderamente a la sociedad entre ricos y pobres, e hiciera el tonto llamado a nuestra juventud a frenarse un poco y ser más responsable con su sexualidad … ¡otro gallo nos cantaría! y estaríamos evitando lo que ha ocurrido en España, en donde, no obstante tomadas análogas medidas, hoy por hoy … los abortos se han dispara’o.
Atentamente,
Jorge Saavedra Moena, c.i. 6.015.115-6