jueves, 18 de diciembre de 2008

Meros Eslóganes

Señor Director:

Meros eslóganes

A propósito de las opiniones de monseñor Jorge Medina sobre la figura e imagen que representa la cantante Madonna, Carlos Peña criticó una vez más a la Iglesia y al cardenal -rayando en la falta de respeto- por no coincidir con su idea -la idea liberal- de lo que es la libertad.

Sin embargo, no hay mucha claridad sobre la idea de libertad que el columnista defiende. Los que leemos sus columnas encontramos habitualmente frases como: "No hay razones para que el Estado se inmiscuya ni reproche el ejercicio de la sexualidad de las personas"; o "es tan valioso 'elegir', como 'elegir bien', pues si importara más lo segundo no sería la autonomía, sino paternalismo"; o parecida a la anterior, "la humanidad se beneficia más dejando que cada cual viva a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás". En fin, la frase de esta semana fue: "Si usted puede moverse donde quiera, o hacer con su cuerpo lo que le plazca, sin que nadie pueda interferir con su voluntad, entonces usted es libre".

Además de estas sentencias, que más bien parecen eslóganes, no hay ninguna explicación seria y de fondo que justifique su concepción de libertad.

¿Por qué ésta sólo se identifica con autonomía? ¿Por qué lo verdaderamente importante es elegir, y no elegir bien? ¿Acaso no hay elecciones mejores y peores? ¿Da lo mismo equivocarse? Si eso es así, ¿vale, verdaderamente, la pena defender la libertad? ¿Para qué, entonces, ser libre? En una comunidad, ¿los aciertos de algunos no la mejoran? Y sus errores ¿no la perjudican? Las habituales opiniones de Carlos Peña no responden estas dudas.

Ojalá en alguna próxima columna, sin los apasionamientos que provocan las opiniones discordantes, el profesor Peña explique y justifique con mayor profundidad sus frecuentes frases sobre la libertad.

MANUEL UZAL, Abogado

 

Nota de Redacción:

Generalmente los “liberales” zurdos son liberticidas que pretenden por medio del libertinaje minar los valores de la Nación para dejarla inerme ante los embates con que buscan imponernos sus dictaduras personales.