martes, 28 de abril de 2009

Dos cartas para meditar.


Señor Director:

Los abogados asesores de la Concertación deben haber estudiado bien la legalidad de que el Gobierno transfiera dos mil 500 millones de dólares al año a una serie de instituciones proclives o cercanas a él. Entre ellas están la Fundación Salvador Allende; la Casa de la Memoria; Justicia y Democracia; el Instituto Igualdad, bajo la dirección de Marcelo Schilling (secretario general y diputado PS); la Fundación Clodomiro Almeyda; la Fundación Eduardo Frei; la Fundación y Centro Cultural Gladys Marín; la Fundación Palestro, y tantas otras. Yo me pregunto si es ético gastar dineros de los contribuyentes en financiar instituciones que no despiertan una adhesión general de los chilenos, como por ejemplo la Teletón.


A mí me parece que cuando se trata de financiar instituciones con una clara orientación valórica y política, los dineros deben provenir del bolsillo de aquellos que simpatizan con ellas, pero jamás de los impuestos que pagamos todos los chilenos.

Julio Dittborn


Nota de la Redacción:

Curiosa nos parece la generosidad de la concertación para repartir los dineros del pueblo en instituciones que les son absolutamente funcionales a su intento por “apernarse” en el poder.


Nosotros creemos que los fondos que se han dedicado a estas “fundaciones” debieran dedicarse a la Teletón o a Bomberos que son instituciones que benefician a la población descuidada por el Estado.


Señor Director:


TRABAJO Y TIEMPO PARLAMENTARIO

Cada cuatro, los chilenos elegimos a nuestros mandatarios o representantes populares en el Congreso -que lo son las 24 horas del día y todos los días del pertinente período-, quienes en las respectivas campañas electorales, pro captación de preferencias, vociferan poseer las más representativas características del genuino espíritu de servicio público: “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, “servir a los demás y no servirse a sí mismo”, “trabajar sin descanso”, “dispuestos al sacrificio en pro del país” -pero “debida y sobradamente remunerados”-, amén de considerarse los más aptos e idóneos para estas altas tareas, que deberían ser cien por ciento enaltecedoras: legislar con excelencia, fiscalizar con responsabilidad y mantener siempre el contacto con las bases regionales, con una honestidad, probidad y transparencia a toda prueba. ¡Usted me conoce, vote por mí!



En diciembre de 2003, “época no electoral”, con ocasión de la aprobación del “urgente” proyecto de ley “sobre protección civil del honor y la intimidad de las personas”, varios parlamentarios reconocieron que votaron dicho proyecto sin haberlo leído, entre ellos la diputada María Antonieta Saa (PPD), profesora de Castellano. ¡La vergüenza y el descaro se disfrazaron de “hidalguía”!



El lunes 1 de marzo de 2004, “El Diario Austral” de Temuco publicó una nota del diputado Germán Becker Alvear (RN), ingeniero civil, sobre su experiencia parlamentaria -a dos años de iniciada-, dándonos a conocer en detalle en qué consiste realmente dicho trabajo. Termina destacando: “Como se aprecia, es bastante escaso el tiempo que resta para estudiar y profundizar los proyectos que tenemos en tabla, enviar oficios de fiscalización y elaborar nuevos proyectos de ley”.



Uno de los desvíos del “escaso” tiempo de nuestros parlamentarios que he venido destacando hasta la majadería, es aquél que dedican a actividades de dirigencia partidista, que de manera indiscutible resultan incompatibles con las propias, para las cuales pidieron voluntariamente ser elegidos. Ninguno de estos parlamentarios-dirigentes les dijo a los electores voten por mí para, y además para presidente o vicepresidente de mi partido, porque yo sí que soy el superman o la superwoman, lo que ciertamente dista mucho de ser una muy feliz realidad para Chile.



Hace algún tiempo ya, se supo que el entonces diputado Rodolfo Seguel (DC) y el senador Roberto Muñoz Barra (PPD) “estaban estudiando Derecho” además. ¿Cuánto tiempo le dedicaban al parlamento y cuánto, al estudio? ¿Qué resultados obtuvieron en ambas actividades?



Hoy, igual que el año pasado pro elecciones municipales, ahora los parlamentarios “están lanza’os” con la campaña presidencial -varios de ellos formando parte de los respectivos comandos- y las suyas propias pro re-elección, porque dejar este trabajo tan regala’o así como así, ¡Nica! ¿Cuánto tiempo le van a dedicar a la recargada agenda legislativa y cuánto, a estas campañas, especialmente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (DC), senador por la Región de Los Ríos y candidato presidencial 2009 de esta des-Concertación allendistadecé reinante? Si bien la señora Juanita no está “ni ahí” con el tema, me preocupa -hoy más que ayer- “la calidad” de la legislación que va a salir en los próximos meses desde nuestro Congreso, que contempla varias reformas a la Constitución de Lagos (2005), porque la mayoría de sus integrantes dejan mucho que desear, indignos -“no meritorios”- que estar en él, si hasta no falta quien en plenas sesiones se dedica a navegar en las páginas hot de internet.

Atentamente,


Jorge Saavedra Moena, c.i. 6.015.115-6