miércoles, 15 de julio de 2009

Poesía de meditaciones......

Como en trigal maduro,

sisea el viento, calma

que precede a tempestad,

yo siento, préstame Darío,

un solplo de tu aliento.

Como raudal torrentoso,

de cordillera entre truenos,

de vendaval que azota

el suelo

y avienta todo a su paso.

Paz y bien,

amor eterno.

Azul meznada,

A tus pies

Reina de Todo, coronada.

Desunión, opresión,

y dolo.

Calumnia, derecho solo de unos pocos.

Hierro, cadalso, guillotina,

armas.

De Gog y Magog,

sobre campo de estrellas ruge,

vomita el Asia su carga de demonios.

Han adorado a lucifer por siglos,

son sus hijos.

Más, el ¡alto!,

reciben de lo Alto.

Es Ella, Celestial Princesa,

Reina.

Causa del furor del Homicida.

Causa de la envidia primera y anti vida.

Es la Madre de la Verdad Eterna,

Es Templo de Dios,

Del honor divino, la campeona.

De su boca sale solo,

adoración perpetua,

sabiduría mana en su palabra.

Fragor de combate,

se prepara,

al galope, carrera, maaar,

4 jinetes. De Siria su desierto,

por Jerusalén bajan.

Ya en México,

mató al cerdenal Posadas,

Venezuela oprime,

y a Chile amenaza.

Gran Guerra, sobre nos se cierne.

Nerón otra vez, Calígula maligno.

Más nosotros, los hijos de María,

en legión de débiles pequeños,

tales males infernales,

no temamos.

¿Oyes silbar la Serpiente enfurecida?,

ves alzar cadalsos otra vez en la Vandea.

Hijo de San Luis y Carlomagno, Dios prepara.

La nobleza audaz, nombrará a un borbón,

"rey de los franceses" más no es ese.

La montaña chilena el diablo abaja.

La mar que nos baña, no es serena.

Comunismo, guerra, revuelta inmensa.

O tal vez y mucho peor, se rinda Chile por

ganancia y estúpida pereza.

Ya no es tiempo, ya no hay tiempo de planes,

Nuestro Chile está muy carcomido.

Aceptamos que los malos nos den pauta.

Ensalzados, generales, almirantes, arzobispos.

Ya no es tiempo, apenas tiempo de rezar,

en humilded sincera.

Viene hierro, fuego y cadalso.

Acusación maligna enfrentaremos.

No prepareis vuestra defensa,

Dios mismo ha de poner palabras

de fuego y de victoria.

Noche obscura que ha de ennegrecerse.

¿Ves volar los cuervos, cómo acuden?.

¿Ves al buitre abatirse sobre Chile?.

La carroña de mañana

ya lo llama, lo convoca.

Y, sin embargo, pese a todo,

la Victoria es sierva de María.

la sangre ella con su amor restaña.

El alma cura del dolor inmenso.

De las Mercedes, Reina Soberana,

a los cautivos, hoy consuela,

y ya libera.

Animo y valor en esta hora.

Es solo un tiempo y otro tiempo,

el fin del tiempo.

Eternidad Feliz esperaba

monseñor santo,

Alejandro Huneeus Cox, cuando decía,

"somos los santos de los últimos tiempos"

y él sabía.

Hoy derrota, hoy dolor y hoy tremendo duelo.

Mañana, un mañana que solo Dios conoce,

la Victoria de María y adviene Regnum Tuum.

En la Cruz, el Cristo es victorioso.

En nuestras pequeñas cruces se labra la victoria.

Roberto Finat