jueves, 11 de marzo de 2010

Una carta decidora.


Señor Director:

Terremoto gubernativo

Los medios periodísticos han informado ampliamente de los desaciertos e ineficacia del Gobierno y los organismos oficiales en los asuntos relacionados con el terremoto y el maremoto.

Algunas voces complacientes han llamado a no preocuparse de los desaciertos y dedicarse más bien a mirar el futuro. Mirar hacia adelante es muy positivo, siempre que no se trate de hacer olvidar las fallas gubernativas.

También hay que mirar hacia atrás, porque de ahí nace la experiencia y se tiene claridad en lo que ha ocurrido.

La inoperancia y la despreocupación inicial de los círculos gubernativos tienen su explicación. Se ha vivido fomentando ilusiones mediante el manejo de la propaganda oficial, sistemática y carísima, mientras se ha tendido un velo sobre los problemas reales, como la delincuencia, la corrupción, los defectos en las obras públicas y privadas y muchas otras materias.

Un afán populista ha significado amparar a los delincuentes y restar atribuciones a los policías. El robo y el asalto no han merecido preocupación especial y ahora se ven las consecuencias. Ha reinado el relajamiento, porque los malhechores son gente pobre, que es víctima del sistema social.

Esa falta de responsabilidad gubernativa ha tenido un efecto dramático en nuestros días. La organización para los casos de catástrofes ha sido inoperante, porque se ha carecido de métodos eficaces y porque los encargados han sido incompetentes. La Onemi es una de las instituciones más culpables, porque ha carecido de dinamismo y no ha previsto las fallas en la organización. Ni siquiera cuenta con un sistema adecuado de comunicación y hasta el aparataje técnico ha fallado.

Ha faltado hasta el buen criterio, porque a nadie se le puede escapar que un terremoto de gran magnitud, donde quiera que se sitúe, implica una posibilidad de maremoto.

La reacción popular y el vandalismo eran previsibles y no se tomaron medidas oportunas, recayendo una fuerte responsabilidad en el Ministerio del Interior y también en la Presidencia de la República.

Sorprendente ha sido la noticia de que no se tomaron medidas eficaces y oportunas para no dar un papel significativo a las Fuerzas Armadas, cayendo así en una politiquería estrecha del peor tipo. No convenía a la moribunda Concertación.

El ministro señor Sergio Bitar Chacra llegó a mostrar públicamente que existía un antiguo resquemor contra los uniformados y que había que velar por la imagen del gobierno. Esos criterios significaron la muerte de muchos chilenos y el robo de sus propiedades.

Tanto el ministro como la directora de la Onemi siguieron en sus puestos.

Sergio Villalobos R.


Ayer se supo la renuncia de Cármen Fernández a la ONEMI, Piñera dijo que despues de evaluar la forma de actuar de esa entidad de dependencia del Ministerio del Interior, había llegado a la conclusión que la Directora no estaba a la altura de las circunstancias.