lunes, 4 de octubre de 2010

Cuatro cartas sobre Apablaza y su asilo en Argentina.



Señor Director:

Evidencias del caso Apablaza.

Quizás la consecuencia menos esperada y más inmediata de este desenlace del caso Apablaza será que inevitablemente quedarán en evidencia quiénes de verdad respetan los derechos humanos, y quiénes durante décadas sólo han hecho uso político de éstos.


Andrés Nagel W.

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Señor Director:

Mapuches y ex uniformados.

El Gobierno se desistirá de ser querellante contra un grupo de mapuches acusados de terrorismo. Sin embargo, mantiene en el Ministerio del Interior una oficina, con decenas de abogados, con la única misión de entablar querellas contra ex uniformados.


Miguel A. Vergara Villalobos.

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Señor Director:

Asilo de Apablaza en Argentina.

Lo que acaba de suceder con el tema de la extradición del señor Apablaza demuestra que nuestros vecinos argentinos, especialmente desde que están conducidos por el matrimonio Kirchner, no son socios confiables.


Hace muy poco Chile tuvo que sacrificar a un excelente embajador simplemente porque, y hablando exclusivamente de Chile (sin decir nada de política interior argentina), emitió comentarios de política interna chilena que no les gustaron a los Kirchner, y que por lo demás eran verdades absolutas. Chile aceptó la indebida presión argentina y obligó a renunciar al embajador. Si Chile creyó que con eso lográbamos alguna ventaja frente a Argentina, está claro que el país se equivocó.


Ahora el Gobierno creía de buena fe que Argentina iba a apoyarlo en un tema que en Chile sí es en alto grado transversal. Y no fue así. Y para colmo, para agregar otro elemento al asunto, el gobierno argentino no dijo nada de su decisión a Chile, simplemente para no afectar la "cumbre" de un organismo carente de sentido, absolutamente tercermundista en sus perspectivas, llamado Unasur. Tuvimos que enterarnos a través de la prensa.


Juan Alberto Díaz Wiechers, Abogado.

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Señor Director:

Asilo de Apablaza en Argentina.

Desde el punto de vista jurídico, al senador Jaime Guzmán todavía no se le hace justicia. El asilo político otorgado por el gobierno argentino al señor Apablaza confirma este hecho tan lamentable como innegable. El gobierno trasandino nos defrauda, pues esta decisión sólo muestra que su discurso a favor de los derechos humanos es un mero eslogan que olvida y omite cumplir cuando la víctima no pertenece al sector que los apoya. Pero también la democracia chilena está en deuda con Guzmán, con su familia y con su partido, pues 19 años de impunidad de este delito no es una casualidad, sino un vergonzoso reflejo de una acción ineficaz y quizás insincera para resolverlo.


Rodrigo Figueroa Weitzman.