EL ABORTO NO NECESITA APELLIDO.
A veces nos confunden, en los debates valóricos, el uso de términos vagos, que pueden significar y justificar cualquier cosa, como es el caso de “aborto terapéutico”, lo que querría indicar que a través de la muerte de un ser humano en estado fetal, en el vientre de su madre, se podría sanar a otro ser humano adulto, que sería la propia madre embarazada.
Yo no acepto que lo anterior pueda legitimarse por ley en ningún caso. No sería lícito matar a la guagua para salvar a la madre, lo mismo que sería ilegal o inmoral matar a la madre para salvar a la criatura que esta por nacer. Por supuesto que hay casos límite, que son muy complicados para la ciencia médica. Muchas veces deberán decidir un tratamiento o una operación que va a acarrear la muerte del niño o de la madre para salvar, respectivamente a la madre o al niño.
Pero eso no es aborto. Lo que se busca es salvar idealmente ambas vidas, o al menos una vida de dos que están en peligro. Eso es perfectamente lícito, no puede ni debe regularse por ley porque son casos específicos y no generales, y los doctores son los únicos que pueden y deben resolver.También se ha planteado que sea legal matar una guagua en el vientre materno cuando sea el fruto de una violación.
Yo entiendo que esa debe ser una situación tremendamente difícil para la madre violada y su familia, pero ni aún así soy partidario de legalizar el aborto, y si mi propia hija sufriera esa desgracia no se lo recomendaría. En efecto, esa guaguita sería un ser vivo, con tanto derecho a vivir como yo mismo, con tanto derecho a ser mi nieto como los otros cuatro que tengo (tres en la tierra y una en el cielo).
Quizás Dios la tenga destinada a grandes cosas en la vida y nadie, menos su madre tendría derecho a troncharla, como no se puede tampoco tronchar la vida de los dementes o los lisiados, por grave que sea su caso.Otra cosa muy distinta es descalificar y acusar a los que agobiados por situaciones límites que solo ellos conocen en el seno de su conciencia, han incurrido en aborto. Ni yo ni nadie podemos disparar la primera piedra.
Cada uno con su drama y la necesidad de arreglar cuentas con el Señor. Pero una ley que abra la puerta para el aborto, cualquiera sea su apellido, daría la pésima señal de que a partir de ahora este quedaría, sin mas legal y moralmente autorizado, lo que sería literalmente fatal para la sociedad y las familias chilenas.
ALBERTO CARDEMIL H.