viernes, 11 de diciembre de 2009

Así mienten algunos.....

Así mienten algunos....

En la franja televisiva de Eduardo Frei,
transmitida el pasado 17 de este mes,
el candidato presidencial dice textualmente:
"Ustedes me conocen, soy un ingeniero de
clase media que eligió dedicar su vida para
servir a Chile." En esta frase hay dos afir-
maciones que no corresponden a la verdad.
Primero, Frei no ha dedicado su vida a la política,
pues recién en la década de los ochenta y
después de la muerte de su padre, entra en el
directorio de la fundación Frei y es elegido senador
en 1989, es decir cuando tenía 47 años.
Segundo, Frei no es de clase media, sino un
hombre rico porque su patrimonio bordea los
$ 2.000 millones de pesos, como el mismo
reconoció en una entrevista al periodísta Tomás
Mosciatti, concedidad el 18 del presente.
Naturalmente, no tiene nada de malo que Frei
haya comenzado su carrera política a los 40 años
y que sea millonario, lo reprochable es que falte
a la verdad tan obviamente insultando la
inteligencia de los chilenos.
Jacinto Gorosabel

( Carta al Director Revista Ercilla, 30 de noviembre 2009)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Correspondencia de lujo, temas contingentes....

Señor Director:

Presunciones del juez Madrid

Llama la atención, a primera vista, que el juez Alejandro Madrid procese como autor de homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva a su chofer por 30 años, Luis Becerra Arancibia, por el solo hecho de que éste fuera informante de los organismos de inteligencia del régimen militar, respecto de las actividades de su patrón y familia, y fuera a la Clínica Santa María a preguntar por la salud del ex Mandatario. No menos exageradas aparecen las razones del magistrado para presumir autoría del homicidio al subsecretario de Salud del propio Frei Montalva, médico cirujano Patricio Silva Garín, porque hubo "omisión" al no informarles al paciente ni a su familia de los "riesgos" que podría "sufrir en una intervención en Chile". Asimismo, tampoco parecen suficientes los antecedentes para señalar como autor de homicidio al agente de la Dina, CNI y Dine, Raúl Lillo Gutiérrez, porque pagaba a informantes en el Partido Demócrata Cristiano y poseía un "conocimiento profundo" de la evolución de la salud de Frei Montalva. Felizmente para los encausados, vale el principio de presunción de inocencia.

De las propias palabras del juez Madrid para basar su convicción del asesinato se deduce que él o los autores materiales e intelectuales del homicidio son quienes le administraron "las substancias tóxicas no convencionales y el producto farmacológico no autorizado por la FDA de Estados Unidos", y, sobre todo, aquellos que dieron la orden para eliminar al ex Presidente. Y de éstos, queda claro en las declaraciones del magistrado a la prensa, no hay, todavía, vestigio alguno. Entonces, la pregunta huelga: ¿Cómo pueden ser acusadas del crimen personas sólo por sus antecedentes, antes que por necesarias pruebas materiales?

ALEJANDRO DARÍO MOLINA


Señor Director:

Museo de la Memoria

El señor Carlos Peña insiste en separar la causa del efecto. Eso es imposible. Física y sobre todo moralmente, pues el juicio ético definitivo requiere ponderar las circunstancias de la conducta, al igual que la sentencia de un tribunal cuando dictamina la culpa o la inocencia. Por ejemplo, para comprender cabalmente el horror de los genocidios que asolaron Europa en el siglo pasado hay que entrar al contexto en que ocurrieron; esto es, la existencia de ideologías perversas, una basada en el racismo y la otra en el terror. Al contrario, también es verdad que los aliados cometieron crímenes de guerra, pero al menos se debe reconocer que ellos no la iniciaron.

De manera que no estoy en contra del Museo de la Memoria. Sólo propongo enriquecerlo, haciéndolo en verdad un museo con contenido explicativo que permita a sus visitantes entender lo que ocurrió y por qué ocurrió.

Esto último, por supuesto, presenta el problema que algunos de los simpatizantes del museo podrían verse en la necesidad de dar explicaciones más que recibirlas. Pero ese riesgo hay que asumirlo cuando uno se mete en estas iniciativas. Los que en su momento incendiaron la pradera, o se involucraron con el terrorismo, también merecen estar en el museo.

CARLOS GOÑI GARRIDO

Señor Director:

Museo de la Memoria

Los crímenes perpetrados por agentes del Estado bajo el régimen militar sin duda no tienen justificación alguna, y es necesario que sean recordados. Sin embargo, es difícil entender que no se discutan las causas que produjeron esos atropellos, sobre todo cuando muchas de las víctimas quizá hubieran cometido los mismos crímenes -como sucedió en los países de la órbita socialista- si hubiesen tenido éxito en su ideario de obtener el poder total.

GABRIEL GUILOFF


martes, 8 de diciembre de 2009

Tres cartas clarificadoras......

Señor Director:

MUSEO DE LA MEMORIA.

La iniciativa del Museo de la Memoria tiene problemas. De hecho, cuesta entender y explicar una memoria segmentada sólo a partir de una cierta fecha, como si ese hito fuera un verdadero muro de Berlín que no deja pasar nada. Va contra la naturaleza de las cosas. Don Patricio Aylwin usó este método al escribir los recuerdos de su larguísima vida política: comienzan a las 8:00 de la mañana del 11 de septiembre de 1973. Sobre lo que ocurrió antes de esa hora y día guarda silencio, a pesar del protagonismo que le cupo en la época.

Este tipo de maniobras esconden algo. Algo grave o complejo, porque en el fondo es un procedimiento asombroso de tratar la historia del país.

El columnista Carlos Peña justifica la segmentación de la memoria, en el entendido de que el asunto hay que centrarlo únicamente en la violación de los derechos humanos durante el período específico del gobierno militar. Su tesis, si lo entiendo bien, es que al ampliar la memoria a las causas y circunstancias en que se cometieron estos crímenes podrían terminar teniendo alguna explicación.

Me parece que el columnista confunde dos cosas. Una, que al investigar las circunstancias de un aparente delito, al final se concluya que no fue tal pues hay elementos, por ejemplo, que lo convierten en un acto lícito de defensa propia o de ejercicio de la autoridad. Estoy seguro de que no es este el sentido que le preocupa al señor Peña. Aunque debería preocuparlo, y mucho, al menos por su calidad de abogado. La otra es un argumento muy delicado, pues supone que hay crímenes que, a pesar de ser crímenes, se pueden explicar, en el sentido de que no merecen reproche moral. No conozco ninguna doctrina ni ideología que sostenga algo así; salvo, por supuesto, el leninismo (al que todavía suscribe el Partido Comunista chileno) y, en su tiempo, el nazismo.

Lo que pasa es que al ahondar en las causas y el contexto en que ocurrieron estos hechos, al final, podría suceder que las responsabilidades políticas por el odio y la violencia estén en el lado contrario de lo que muestra el Museo. Porque éste es una iniciativa básica y fundamentalmente política, no es una galería de los más famosos crímenes de particulares. Por lo mismo, si es una memoria verdadera no puede ocultar que la historia de estos hechos remonta, en una relación de causalidad ininterrumpida, a las políticas antidemocráticas y violentas de la izquierda en general, y terrorista de los grupos más ultras antes, durante y después del gobierno militar.

El Museo de la Memoria como está concedido se parece a los museos oficiales de la era de Stalin o de la ex Europa Oriental, donde se escondían las verdades que no eran coherentes con el discurso oficial. Y es una lástima, porque un Museo de la Memoria verdadera, total, hasta que duela, le haría muy bien al país y a las próximas generaciones.

CARLOS GOÑI GARRIDO

Señor Director:

CANTOS DE SIRENA.

Las sirenas eran unas criaturas de la mitología griega, cuyo cuerpo tenía forma de mujer en la parte superior, y apariencia de pez en la inferior. Sus cantos melodiosos e irresistibles embelesaban a los navegantes que pasaban cerca de la isla donde ellas vivían, y cuando los incautos se acercaban, los hacían naufragar para luego bajar por las escarpadas rocas y devorar sus cadáveres.

Esta fábula dio origen a la expresión "El canto de las sirenas", que se aplica en nuestros tiempos a todo aquello que seduce o arrastra mediante promesas o perspectivas de gran envergadura, pero que en realidad son falsas y sin base; son meras declaraciones engañosas que endulzan los oídos, tal como las que se oyen en las campañas electorales.

ISIDORO LOI

Señor Director:

Piñera: Llamado a figuras DC.

Sebastián Piñera ha mencionado a jóvenes líderes de la Democracia Cristiana dentro del universo de personas con las que le gustaría conformar equipos en su futuro gobierno. La propuesta es integradora y además necesaria. Ya Edgardo Boeninger escribió en su libro “Chile Rumbo al Futuro” la necesidad de “restituir a la DC su carácter de partido de centro, favorable a los acuerdos, sostenedor del equilibrio interno en el apoyo al Presidente y bisagra con los sectores de oposición en la tarea indispensable y prioritaria de llegar a acuerdos transversales en materia de importancia vital”.

Cabe citar el ejemplo que en este espíritu entrega el Movimiento Humanista Cristiano (MHC), cofundador e integrante de la Coalición por el Cambio que respalda a Sebastián Piñera, al apoyar a cinco actuales candidatos de la Democracia Cristiana al Senado.

Hoy suman muchos los profesionales, técnicos, trabajadores que sin pertenecer a los partidos de la Alianza —por el contrario, habiendo sido fundadores de la Concertación original— construimos un puente aportando en la preparación de los programas de un eventual gobierno de Sebastián Piñera. Gobierno que no representaría solamente a la “derecha”, como se trata de caricaturizar, sino a una gran coalición integrada por voluntades que aspiran a ver a Chile alcanzando el desarrollo con igualdad de oportunidades.

La colaboración constructiva con respeto a la diversidad es posible.

Gabriel Tomic E.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Tres cartas para meditar.....


Señor Director:

Tiro en el pie.

Está claro que a la derecha le da miedo gobernar. Cada vez que está cerca de hacerlo se pega un tiro en el pie. Ahora son brigadistas, libros y declaraciones las municiones que cargan la escopeta. Qué pena, estando tan cerca. Pero si no quieren, no quieren.

Rodolfo González Gatica.


Señor Director:

Pregunta a candidatos.

En los últimos meses hemos estado enfrentados a una batalla de promesas, que todos sabemos son muy difíciles de cumplir.

Por ello, y para que los electores tengamos claridad en una materia simple, pero importante, les pregunto a los señores candidatos presidenciales:

¿Alguno de ustedes se compromete a restituir el uso de nuestros símbolos patrios, en la papelería y publicidad del gobierno, en especial de nuestra bandera, en cuya defensa muchos han entregado la vida?

Rodrigo Cooper Cortés.

Señor Director:

El voto y la religión.

Don Neftalí Carabantes, subsecretario General de Gobierno, en su carta de ayer viernes, ( N de R: publicada por Diario El Mercuerio) comete dos errores. El primero, señalar su disconformidad por que los candidatos a la Presidencia señalen sus orientaciones en torno a las entidades religiosas, argumentando que "no han demostrado un compromiso real de respeto" hacia dichas entidades. El segundo, más grave, al afirmar que la denominada Ley de Culto "consagra la igualdad religiosa".

Sobre lo primero, casi no vale la pena pronunciarse, porque su sola opinión indica una falta de conocimiento del proceso legislativo sobre entidades religiosas que es simplemente abismante. Pocas veces en el Congreso hubo una mayor unidad en el tratamiento de esta materia, partiendo en el Senado por la instalación de una comisión especial presidida por un senador de RN. Pero lo segundo es más grave. Nunca esta Ley de Culto, ni ninguna otra, podrá "consagrar la igualdad religiosa", pues, si fuera así, tal norma no tendría valor alguno. El valor de la ley que regula la Personalidad Jurídica de Entidades Religiosas (Ley de Culto) hace precisamente lo contrario: alienta la diversidad religiosa, y no la "igualdad" como lo pretende don Neftalí. Aun más, ya en 1986, hace 23 años, se dictó la primera norma sobre educación religiosa que considera tal diversidad. Espero que lo señalado por el señor Carabantes no sea la opinión del Gobierno.

Los candidatos, todos, tienen perfecto derecho de opinar sobre esta materia; aun más, no hacerlo es marginar de sus futuras preocupaciones la esencia espiritual de nuestro pueblo.

Mario Ríos Santander.