sábado, 27 de noviembre de 2010

Una sola carta, dura, pero muy buena.....

Señor Director:

El señor Concha Besa no ha entendido que él y los otros generales y almirantes sometidos a la Concertación, tan solo compraron su tranquilidad o quizá hasta impunidad, entregando a la vindicta ilegal a los soldados más perseguidos.


Su "mesa de diálogo" fue un escenario de guerra ideológica y leguleya, terminó siendo la mesa de capitulación de los más jóvenes y la entrega del resto.


Basta pensar que el señor Valech, un curiosísimo millonario consagrado, avalaba una impostura bajo el prestigio de su Orden Sagrado. En efecto la comisión que presidió no pudo haber entrevistado de modo justo y científico a todos los 28.000 quejumbrosos a los que les otorgó el título de "torturado" y el acceso a la propina de compensación que Consternación Inc. les asignó, ¡tan inferior en montos a la que reclamaron para sus "príncipes" y "grandes jefes" que fueron de millones de dólares! Es tan solo un desertor entre otros iguales, no debería firmar como general, no corresponde, su acto militar fue conducir fuerzas vencidas al matadero.


Roberto Final Díaz.

martes, 23 de noviembre de 2010

Dos cartas de lujo....

Señor Director:

Clima político.

Es desalentador el clima político que se respira. Una carrera presidencial inoportuna. Caudillismos exagerados. Ambiciones desmedidas. Partidos políticos desgastados. Política sin contenido ni valores.

Así, desde los extramuros, observamos el panorama. Los dirigentes -y no líderes porque no los hay- nada han aprendido. Creen que la rueda de la fortuna está clavada en su favor y para siempre. Sólo a ocho meses de asumir el nuevo gobierno, ya piensan en quién será el sucesor. La Concertación derrotada no logra levantar vuelo. Se empuerca el debate político. Acusaciones recíprocas se profieren políticos y políticas. Se usa un lenguaje procaz. El gran debate político se sustituye por discusiones futbolísticas. Los programas del presupuesto de la nación se confunden con las juventudes hitleristas. En una solemne sesión de una comisión de la Cámara un diputado a gritos hace callar a otro de sus colegas. Algunos comienzan a hablar de una nueva derecha y otros de una nueva izquierda o una renovada Concertación, pero todo es igual. Se pretende cubrir con nuevos ropajes los esqueletos ya antiguos.

Chile no merece este circense espectáculo. Somos miles los que no nos sentimos representados con tanto desvarío.

Quienes adscribimos al ideario del cristianismo social esperamos aún que el centro político adopte un papel político relevante en una sociedad plural en la cual necesariamente coexisten posiciones filosóficas antagónicas.

Hernán Bosselin Correa, Ramón Briones Espinosa.

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Señor Director:

Elecciones y ANFP.

Lo mejor que puede hacer ahora la actual directiva de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls incluido, para coronar con éxito su buena gestión, es validar a la brevedad la elección de Jorge Segovia como nuevo presidente, y procurar convencer a Marcelo Bielsa de que siga, respetando su contrato y respondiéndole al enorme apoyo de toda la hinchada chilena.

Alonso Carvajal Masjuán


lunes, 22 de noviembre de 2010

Educación y Nueva derecha en dos cartas excelentes.

Señor Director:

Reducción de horas de historia.

Me parece una excelente decisión la anunciada por el Ministerio de Educación en el sentido de ampliar en el currículum las horas de enseñanza de lenguaje y literatura. La situación que se vive en esta área es dramática (o debería decir trágica) y sus perversos efectos se expanden sobre todas las otras asignaturas, particularmente las humanidades. ¿Es posible comprender y estudiar historia, filosofía, artes visuales, musicales o escenográficas o las ciencias sociales todas sin tener un buen desempeño en las capacidades de lectura y escritura?

He presenciado clases de historia y ciencias sociales en que los niños asisten como zombis porque no entienden lo que el profesor intenta enseñar, no pueden comprender los textos de estudios ni tomar notas escritas coherentes de lo que sucede en clase. Eso es un crimen educacional. La disminución de las horas en historia y ciencias sociales es, pues, sólo un costo relativo. A mediano plazo, los beneficios se notarán también allí. Nada se saca con tener planes y programas magníficos, pero quiméricos, porque el gran acceso de entrada (la comprensión lectora y la escritura) falla terriblemente.

Pedro Gandolfo.

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Señor Director:

Vieja y nueva derecha.

Una conocida columna de “Reportajes” del último domingo enfrenta lo que llama “nueva” derecha con la anterior, que se estigmatiza como “vieja” derecha. El primer concepto lo ha postulado Guy Sorman, en reciente visita a Chile, lo que sirve al columnista para sostener que la derecha debe abandonar lo que hasta ahora la ha constituido: la autoridad y los valores católicos.

Sorman llama nueva derecha a la que erige la autonomía individual en el único valor —recalcando entre líneas “el único”— y que la política debería esmerarse por ensanchar. El columnista atribuye resistencia de la vieja derecha ante decisiones como el divorcio, la homosexualidad, la unión “matrimonial” entre personas del mismo sexo, la píldora del día después y una serie de excesos que derivarían del derecho autónomo que atribuye al hombre sobre su cuerpo, vinculados mayoritariamente con el proceso reproductivo.

Enfatiza el columnista que nada es más contrario y distinto de la nueva derecha que la no separación de la política y la moral personal, el abc de cualquiera derecha moderna. Y es que en la derecha, dice, se anida esa contradicción fundamental: de un lado, Guy Sorman, y del otro, José María. No indica el apellido de este contradictor del francés.

Lo paradójico y desfavorable para la tesis del columnista criollo, basado en Sorman, es que, por ejemplo, un exponente tan caracterizado de la nueva derecha, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, ha declarado públicamente su condición de judío, de creyente practicante y asiduo asistente a la sinagoga.

La autonomía individual que entusiasma al columnista y a Sorman —que, en el fondo, es mera negación o prescindencia de Dios y su sustitución por el hombre— nace en aquel pasaje del Génesis en que el Tentador dijo a la mujer que cómo era posible que Dios le hubiera dicho a la primera pareja humana que no comieran del árbol que estaba en medio del jardín del edén, so pena de muerte. En ninguna manera moriréis. “Es que Dios sabe muy bien, puntualizó, que el día en que comiereis de él se os abrirían los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal”.

Y como viere la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr “sabiduría, tomó de su fruto y comió y dio también a su marido, que igualmente comió”.

De aquí, y sólo de aquí, nacen todos los avatares de la historia humana y el tema, por cierto, nada tiene de “nuevo”.

Sergio Rillon.