Señor Director:
Transición a la democracia.
En el día de ayer tuve la oportunidad de participar en una ceremonia en el Palacio de la Moneda, cuyo propósito fue firmar una serie de decretos destinados a fortalecer el régimen democrático. En esa ocasión, se hizo igualmente una apreciación a distintas personas que tuvieron vinculación con el proceso de transición que viviera el país desde el Gobierno Militar a uno de plenitud democrática. En ese aspecto, quisiera sólo señalar la voluntad del Régimen de las Fuerzas Armadas para efectos de cumplir estrictamente el proceso de transición a la democracia que se estableciera en la Constitución Política del año 1980.
Como ministro del Interior de la última etapa del Gobierno Militar me correspondió una activa participación en todo el proceso de perfeccionamiento de esa carta constitucional que se tradujo finalmente en el primer acuerdo entre los diferentes sectores políticos del país. Quedó allí, de manifiesto, una vez más, el ánimo del Gobierno Militar de cumplir con los itinerarios comprometidos, como también abrir espacios para un perfeccionamiento del orden democrático previo a la entrega del gobierno a los sectores civiles elegidos libremente por los ciudadanos.
Carlos F. Cáceres.
Señor Director:
Dios y los 33.
Agustín Squella, en un nuevo intento por disuadirnos de señalar a la casualidad como rectora del universo y no a Dios, ha publicado en esta página (miércoles 25 de agosto) una carta en que atribuye al azar el hecho de que los mineros atrapados en la mina San José se encuentren, felizmente, con vida. Valga a este respecto una precisión. La suerte, como enseña Aristóteles, consiste en la ocurrencia de un hecho no previsto por el agente al momento de su elección, por lo que supone una inteligencia, como si voy en busca de provisiones al mercado y encuentro por casualidad a un deudor, que me paga la suma adeudada. La suerte presupone la inteligencia, de modo que sin ésta no se podría hablar de aquélla; y el azar, que incluye la suerte, tiene lugar en los seres irracionales, cuando ocurre en ellos algo que va más allá del orden normal de la naturaleza, sin la cual, con sus leyes, no se podría hablar de azar. "La suerte y el azar -añade Aristóteles- son como causas posteriores a la inteligencia y a la naturaleza"; esto es, son consecuencia de ellas (Aristóteles, Física 198 a 5 y ss.). Concluye el Estagirita: "En consecuencia, si el azar es, lo que sería el colmo, causa del cielo, sería necesario que, anteriormente, la inteligencia y la naturaleza sean causa de muchas otras cosas y de este universo" (Física, 198 a 10 y ss.). Por eso también Aristóteles vio el azar como la obra de Dios en los éxitos del hombre afortunado (Ética Eudemia, 1.248 b).
Fernando Ugarte Vial.
Señor Director:
"Enciclopedia del sexo".
Tras revisar diversos medios y declaraciones enunciadas en los últimos días, creemos necesario aclarar algunos hechos. La razón para retirar la "Enciclopedia del sexo" no se debe a criterios religiosos o morales, sino técnicos. Como Corporación Municipal buscamos cumplir la misión que los padres y apoderados de nuestros alumnos nos han encomendado, incluyendo el tipo de educación sexual que ellos esperan que nuestros colegios entreguen para sus hijos. Según está establecido, los padres son los primeros educadores en estos temas y tienen derecho a decidir acerca de la educación que prefieren para sus hijos. Ellos explícitamente nos han dicho que no quieren este tipo de material en nuestros colegios.
A diferencia de lo que dice la "Enciclopedia...", a nuestros apoderados no les parece apropiada la forma en que se abordan temas como el sexo oral o con animales, o un verdadero manifiesto sobre la eyaculación y sus sabores. Tampoco es adecuado sostener que "cuando una mujer se casa pasa de amante a esposa y de ésta a madre, produciéndose un descenso, más que en el sexo, en el erotismo". Qué falta de respeto a las mujeres y a la maternidad. Avalar este tipo de material argumentando que la forma en que se tratan los temas no es peor a lo que los alumnos pueden encontrar en internet o en la TV, no se ajusta a nuestra misión, que -por esencia- es educar. Tampoco es correcto afirmar que el software del Programa Enlaces del Mineduc estaba dirigido exclusivamente a los profesores. El material está enfocado directamente a los alumnos o a éstos y a sus docentes, y así se señalaba claramente en la reseña disponible en el catálogo.
También es interesante preguntarse ¿por qué el resto de los municipios ha acatado tranquilamente el retiro del material? ¿Por qué los representantes de las escuelas particulares han hablado en términos similares a los nuestros? Coincidentemente, ningún medio televisivo ha mostrado el material de esta enciclopedia, y si lo han hecho, han difuminado varias de las imágenes. ¿Será que todos los medios han considerado que las imágenes no son adecuadas para mostrarse? ¿Serán adecuadas para mostrarse entonces en los colegios?
José Miguel Ossa Guzmán, Gerente de Educación Corporación Municipal de Educación Salud y Atención de Menores de Puente Alto
