miércoles, 25 de agosto de 2010

Cuatro excelentes cartas de temas de plena contingencia...



Señor Director:

Dios y los 33.

Imagino que ahora tendremos que leer, otra vez, al profesor Squella quejándose de la repetitiva y casi unánime invocación a Dios. Y que el padre Berríos nos regalará, desde el lejano Burundi, una columna que explique que no existen los milagros y que la Providencia Divina nada tiene que ver con estos hechos (de cualquier manera, al menos se ha asegurado un digno sucesor: el nuevo capellán de Un techo para Chile ve, en los mineros, un símbolo de ex convictos, mapuches, homosexuales, inmigrantes y enfermos de sida! De Dios, su Providencia o la fe, nada...).

No obstante ello, el drama de las últimas dos semanas y el feliz capítulo del reciente domingo son una prueba viva de cuán arraigada está, en el pueblo chileno, la fe en Dios y en su providente dirección de nuestras vidas, y de cómo responde Dios a los que, con humildad, lo invocan.

Felipe Widow Lira, Profesor Derecho UC.

Señor Director:

Chileno y minero.

Ahora no cabe ninguna duda: Dios existe, y al parecer, ¡es chileno y... minero!

Basilio Espíldora C.

Señor Director:

El Huáscar no.

Una declaración periodística desafortunada ha originado una innecesaria y estéril polémica. El Huáscar es un símbolo y no puede ser devuelto ni hundido voluntariamente. Las tradiciones navales chilenas no están en el paquete de las negociaciones políticas.

Miguel A.Vergara Villalobos.

Señor Director:

Desde la lejanía.

La profunda emotividad que se está viviendo en torno al dramático rescate de 33 mineros ha traspasado con creces las fronteras del país y ha tenido en suspenso el corazón de los chilenos en todos los lugares de la Tierra, quienes hemos vibrado con la noticia de que están vivos. Ha sido impresionante percibir desde la lejanía y la distancia la entereza con que los mineros han logrado subsistir y resistir, y la fe, sentido de hermandad, solidaridad y unidad del pueblo chileno frente a este tipo de adversidades. En el acto ecuménico de acción de gracias con que celebraremos el Bicentenario, y en el que agradeceremos a Dios por el Chile que nos ha dado, pediremos hondamente por nuestros 33 mineros y sus familias, como también por el futuro de nuestra noble patria.

Roberto Mayorga Lorca, Embajador de Chile en Filipinas.