miércoles, 16 de junio de 2010

Muy buena correspondencia....


Señor Director:

Polémica Velasco-Vidal.

A mi juicio, ni Andrés Velasco ni Francisco Vidal ni ninguno de los políticos que apoyan a uno o al otro en su polémica al analizar el porqué de la derrota de la Concertación en las elecciones presidenciales, tienen la razón. Pienso que Eduardo Frei fue derrotado porque basó su campaña en un continuismo del gobierno de Michelle Bachelet. Frei y sus analistas políticos y consejeros leyeron mal el apoyo del 60% a Michelle Bachelet, pensaron que era un apoyo a su gobierno, en circunstancias que en realidad era un apoyo a su persona como mujer simpática y cálida. Claramente, Chile, aunque admiraba la persona de Bachelet, quería un cambio de políticas de gobierno y de manejo de sus problemas. Chile no quería una continuidad con más de lo mismo, como lo ofreció Frei, sino que quería un cambio como el que propuso Piñera.

Pedro Felipe Bianchi

Señor Director:

Vuvuzelas y comentaristas.

Lo mejor del Mundial es que el ruido ambiente afortunadamente supera a la voz de los comentaristas.

Emil Osorio Schmied.


Señor Director:

Cultura cívica.

Entre los años 1974 y 1982 me tocó vivir en Reñaca, Viña del Mar, años que resultaron inolvidables para mí y mi familia, entre otras cosas por la gran calidad de vida que dicha ciudad aporta a sus habitantes.

Durante nuestro breve paso por esa maravillosa ciudad me llamó la atención el gran respeto existente por los “pasos de cebra”, lo que se logró efectuando un muy estricto control de ellos. Al no respetarlos, infaltablemente aparecía como por encanto un “amigo en su camino”, para citar a una visita obligada al Juez de Policía Local a pagar por la falta cometida. Esta rigurosidad logró el respeto del automovilista al peatón ampliamente conocido en Viña del Mar, incluso comentado por los turistas argentinos.

A nivel país, lo mismo se podría lograr con voluntad para controlar y aumentar el valor de las multas por las transgresiones a las normas establecidas, que en su gran mayoría están sólo para ser excepcionalmente aplicadas y generalmente transgredidas.

El cumplimiento de las normas y reglamentos existentes es lo que en definitiva se conoce como cultura cívica. En nuestra vida cotidiana se asoma constantemente la gran cultura del “jaguar” chileno, ya sea quedándose pegado en la vía izquierda de las carreteras, botando basura en las calles, cruzando a mitad de cuadra, ciclistas circulando por la vereda, perros sacados a “pasear” en los jardines y veredas públicas, música nocturna ensordecedora en los departamentos, bocinas en las calles, alarmas que nadie corta, chimeneas humeantes en las casas, obras de construcción quemando leña, camiones, buses e industrias contaminando a vista y presencia de todos, estacionamiento para embarazadas ocupados por hombres o mujeres honestas, etcétera.

En Viña se logró lo indicado intensificando el control de Carabineros. Si no hay recursos para hacer lo mismo en todo el país, bastaría con aumentar significativamente el valor de las multas. Ahora, si se lograra hacer ambas cosas, mucho mejor. Con seguridad mejoraríamos rápido y significativamente nuestro comportamiento cívico con beneficio para toda la comunidad, nuestra autoestima y el respeto por nosotros mismos.

Pedro Pablo Gutiérrez.