miércoles, 18 de junio de 2008

una imagen y dos cartas.....


Señor Director:

¿VICTORIA O DERROTA?

Siempre se ha dicho, que los chilenos tenemos la costumbre de celebrar las derrotas y de conformarnos con lugares secundarios.
Con relación al "combate naval de Iquique", no celebramos una derrota sino que recordamos la hazaña de un puñado de valientes que entraron a la historia por su amor a la patria sin importarles la superioridad humana y material del enemigo.
Atentamente
JORVALL(ARICA), 5.014.498-4.

Nota de la Redacción:
Tiene toda la razón don Jorge Carlos Valenzuela, el Combate Naval de Iquique y su continuación en Punta Gruesa, no solo llevó a este “puñado de valientes” a la inmortalidad, sino, que gracias a las maniobras de Condell, se eliminó, con la pérdida de la Independencia, la inmensa superioridad marítima que ostentaban nuestros vecinos del norte.
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Desde Argentina
Queridos amigos y amigas:

Me vuelven a pedir algún consejo sobre como conviene seguir actuando ahora frente a la nueva situación. Lo hago como viejo para que ustedes, que son los que están más cerca del problema decidan lo mejor para el movimiento
rural y para el país.

Sigo pensando que el problema de fondo que impide la solución del problema rural y lo que se debe atacar, es el sistema de dominación armado por Kirchner, por el cual le chupa a las provincias agropecuarias sus ingresos y sus rentas para manejarlos arbitrariamente y sin control alguno según sus conveniencias políticas y no según las necesidades del país y de su gente. De esa enorme cantidad de dinero devuelve una proporción mínima y con cuentagotas, en obras públicas, subsidios y aportes a los que se le someten y agachan el lomo y se los niega a los que tienen dignidad e independencia.
Esas obras públicas, subsidios y aportes las contrata y los decide él en Buenos Aires (previas transas y negociados) y las inaugura él o su mujer como si fueran regalos otorgados por ellos..

Entonces, a mi juicio, sería conveniente políticamente, recuperar las vías democráticas. Además de la presión que se está haciendo en las provincias con bastante éxito sobre los intendentes y gobernadores, ayudaría mucho si
se orientara también la presión sobre los responsables de haber permitido implantar este sistema de dominación, que son los Senadores y Diputados Nacionales que teóricamente representan a las Provincias y que
vergonzosamente han cedido sus atribuciones al Sr. Kirchner.

La estrategia de cortar rutas nacionales, me parece que ya cumplió su función de informar del problema rural a toda la opinión pública y ahora solo beneficia a los Kirchner. Los técnicos dirán si conviene retraer las ventas de granos y frenar las exportaciones, para disminuir los ingresos de los Kirchner y sobre como hacerlo. También si conviene pensar en una huelga impositiva y como llevarla a cabo con el menor perjuicio para la gente que lo haga. Yo no estoy en condiciones de opinar sobre esto.

Me parece que sería muy efectivo políticamente, además de seguir con la presión interna en los pueblos y ciudades de cada provincia, ampliarla a los Senadores y Diputados Nacionales, cada uno a los de su provincia.

Hay que inundarlos con e-mails, cartas, llamados telefónicos, pedidos de entrevistas en Buenos Aires y en sus respectivas provincias cuando vayan (si se animan) y sobre sus allegados, familiares, amigos y partidarios de ellos.

Debería hacerse esto apelando moralmente a la conciencia de cada uno, a su patriotismo local y a su responsabilidad frente a sus comprovincianos y frente a sus familias y amigos. Ellos deben dar la cara. No pueden permitir que se despoje así a sus comprovincianos para que luego se decida todo desde Buenos Aires.

Si apelamos a la dignidad y a la conciencia de las personas, en lugar de la violencia y el soborno que son las armas de la dictadura kirchnerista, con la ayuda de Dios, triunfaremos.

Dr. José Enrique Miguens.(Sociólogo)

Nota de la Redacción: Aunque como vemos se refiere a la situación Argentina, creemos que la situación se repite en casi todo el continente de manera bastante similar. Creemos que ha llegado el momento de reaccionar, sin violencia, pero con firmeza para impedir la consolidación de centralismos asfixiantes y la formación de estas “dinastías” que están destruyendo nuestros países y dejándonos sin futuro