jueves, 25 de marzo de 2010

Tres cartas decidoras....


Señor Director:

Comisión Bicentenario.

Respecto de la amplia discusión pública que se ha generado sobre el presupuesto 2010 de la Comisión Bicentenario y su uso hasta el 11 de marzo de este año, puedo informar los siguientes hechos:

1.- El presupuesto oficial de la Comisión Bicentenario para el año 2010 es de $ 693.353.000. Que la anterior administración haya solicitado $ 5.500 millones no tiene ninguna relevancia hoy, pues ha habido entretanto un cambio de gobierno y un terremoto que ha alterado justificadamente las prioridades del país. En otras palabras, ¿a dónde puede ir hoy la Comisión Bicentenario a pedir que le suplementen el presupuesto de la Comisión en los $4.800 millones que le habían prometido a mi antecesor y que no le entregaron? El que lo prometió ya no está, y el que está tiene seguramente otras prioridades. Por ello, lo serio siempre es trabajar con los presupuestos otorgados y en el caso de la Comisión Bicentenario lo otorgado son $693 millones para el año 2010.

2.- Mi antecesor me entregó efectivamente mucha información sobre el funcionamiento de la Comisión, lo que agradezco. También me informó del presupuesto de $693 millones para este año y de su petición mucho más alta. Sin embargo, jamás me informó que en los dos primeros meses del año se habían comprometido recursos por $530 millones. De eso me enteré en los días siguientes y me pareció importante dar a conocer públicamente esa información.

3.- Mi antecesor afirma que era una práctica normal durante los gobiernos de la Concertación suplementar los presupuestos durante el año. Dice que así ocurrió el año 2009 en la Comisión Bicentenario. Quiero señalar que es una muy mala práctica. En el Congreso se discute amplia y profundamente el presupuesto de la nación, y todos suponemos que los números que allí se ponen son cercanos a la realidad. La discusión presupuestaria no tendría sentido si la norma general es suplementar los presupuestos de los servicios durante el año en forma significativa.

Julio Dittborn, Secretario Ejecutivo Comisión Bicentenario.

Señor Director:

Los Cerrillos.

En relación con el debate generado sobre la conveniencia de reconsiderar el abortado destino de Los Cerrillos como proyecto inmobiliario para mantener su antiguo rol de aeropuerto, quisiera puntualizar lo siguiente:

Hay pleno consenso en que nuestra capital requiere de un aeropuerto alternativo al de Pudahuel, como ha quedado demostrado a raíz del sismo del día 27 recién pasado. Los Cerrillos, a pesar de haber sido cerrado durante el gobierno de Lagos para destinarlo a un gran proyecto inmobiliario, mantiene hasta el día de hoy las mismas condiciones que hacían de él un excelente aeropuerto.

Por otra parte, las opciones que se han barajado para construir un segundo aeropuerto en Buín, Lampa o El Monte han perdido fuerza frente a un Cerrillos ubicado a sólo ocho kilómetros en línea recta desde la Plaza de Armas, y al hecho de que en el futuro podría pensarse en una relación de ambos aeropuertos a través de la red de Metro.

Por último, el hecho de que el terremoto haya atenuado la disposición del Gobierno para hacer ahora una inversión de este tipo, vale con mayor razón para cualquier otra alternativa diferente a Los Cerrillos.

Christian de Groote, Arquitecto.



Señor Director:

Traspaso de acciones.

En reciente entrevista, el Presidente informó que el traspaso de las acciones de LAN se concretará en las próximas semanas.

¡Caramba… cuántos columnistas, opinólogos y políticos se quedarán ahora sin tema!

Enzo Bolocco.