martes, 4 de septiembre de 2007

Dos temas excelentes.

Señor Director:
Parece que los políticos no entienden el sistema, la ciudadanía cuándo elije un Gobierno no está eligiendo a un Monarca o a un Dictador.
Solo, al ejercer nuestro derecho, estamos escogiendo a un administrador del Estado, que claramente es un empleado de los electores.
Creo imprescindible que se establezca un sistema revocatorio, es decir una herramienta con la que la mayoría disconforme pueda “despedir” a sus representantes.
Las promesas electorales, que deben tener la validez de un documento, en caso de incumplimiento deben tener responsabilidades civiles y criminales, pues constituyen un verdadero delito de estafa social.
La mala administración de los recursos Fiscales debe seguir el mismo esquema de la Empresa privada, en que se debe responder con recursos propios por los daños al Patrimonio Nacional.
Esta, lamentablemente, es la única manera de recuperar la imagen de la clase política y de moralizar la administración pública.
Los ladrones, corruptos y quienes llegan a la administración a servirse, deben tener las mismas sanciones que los delincuentes comunes, es decir pagar con cárcel los delitos cometidos, además por cierto, de devolver los dineros mal habidos.
Atentamente
Carlos Carvajal H.


Señor Director:
La causa principal de la baja aceptación del gobierno, está influenciada por el transantiago. De eso no cabe duda. Pero creo que aquello es solo la punta del iceberg del descontento general. El problema radica en que la gente ya se dio cuenta que con solo simpatía personal no se puede gobernar, la gente se da cuenta que la presidenta no maneja los conceptos económicos, prioridades, manejo de equipo de personas, liderazgo. La gente se da cuenta que no hay un rumbo fijo. Se ha hecho demasiado énfasis en cuestiones de género, cuando los problemas principales no están allí. Si hubiere que explicar el fracaso de este gobierno, radica justamente en aquello: no sabe gobernar.
No se trata de caricaturas. Eso es otro error del tipo tres de este gobierno. Resuelve el problema equivocado. En vez de reconocer los graves problemas de salud y buscar urgente una solución, porque dinero hay para solucionarlo, se dan excusas y explicaciones que se desmienten solas, a vista y paciencia de cualquier ciudadano. En educación, la ministra se sacó el pillo haciendo comisiones, pero el problema de corto plazo está allí sin resolver. Eso es lo que tiene choreados a los chilenos.
Mario Pérez.

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