viernes, 25 de julio de 2008

Un tema preocupante

Señor
Presidente del Senado
Hble. Senador Don Andrés Zaldívar Larraín
Valparaíso

De mi especial consideración:

En su condición de presidente de ese alto estamento legislativo y en particular como senador por la Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, deseo plantearle un situación que últimamente inquieta a muchos chilenos y que está expresamente relacionada con nuestra soberanía austral y la presencia de Douglas Tompkins, norteamericano residente como turista en Chile desde el año 1991, aunque nos visitó por primera vez 30 años antes.

Justamente el año 1991, Tompkins inició una inusitada campaña para adquirir grandes extensiones de terreno en el Sur del país, como hasta ahora es:

a.- 317.000 hectáreas en el sector continental de la Xª Región (Parque Pumalín); vasto espacio que limita al Oriente con Argentina, en donde esta persona posee mas bienes, y al Poniente con el mar. Vale decir, esto corta a Chile físicamente en dos.

b.- 69.000 hectáreas de la Estancia Chacabuco, área ubicada en el sector fronterizo de la XIª Región y justamente cerca de la localidad de Cochrane. Ante una recomendación de organismos estatales de que no siguiera comprando mas terrenos que los señalados en el incisa anterior, Tompkins lo hizo con mucha astucia y empleando el nombre de su esposa.

c.- 40.000 hectáreas de la Estancia Yendegaia en la Isla Tierra del Fuego, a través de una entidad con fines ecológicos.

Como una información adicional, en 1963 se congregaron en Buenos Aires los más destacados líderes del sionismo internacional y entre otras cosas, formularon el denominado “PLAN ANDINIA”, cuya finalidad es un posible traslado y posesión de tierras tanto en la Patagonia argentina como chilena.

Los antecedentes que adjunto confirman los objetivos del citado plan y es más, señalan las acciones que se ha estado gestando, a vista y paciencia de nuestras autoridades, las que al parecer no evidencia aún los eventuales riesgos que todo ello podría representar.

Hble. Senador Zaldívar, no padezco de xenofobia ni tampoco soy antisemita; sin embargo, como buen patriota, tengo la firme convicción de que debemos defender la integridad del territorio nacional como uno de los mejores legados para las generaciones futuras.

En consecuencia con lo anterior, me permito formular las siguientes interrogantes:

- Si en nuestra legislación tributaria le corresponde al Servicio de Impuestos Internos fiscalizar el origen del financiamiento de todos tipo de empresas nacionales, ¿Por qué no se puede hacer eso mismo con los inversionistas extranjeros ?.

Analizados los antecedentes que se adjunta, ¿Será el criterio ecologista que sustenta en forma permanente Douglas Tompkins una mera pantalla para la avanzada del “PLAN ANDINIA” en Chile y nadie aún lo ha entendido así?

Como Ud. podrá darse cuenta, en el país vecino existe mas preocupación por este tema e incluso parlamentarios y concejales están alzando su voz para denunciar ese plan que incluso ya influyó en el ex – Presidente Alfonsín, quien habría autorizado la radicación de una colonia judía en la localidad de Calafate, que se encuentra cerca de Río Gallegos y también de Punta Arenas.

Yo le ruego analizar bien los antecedentes que me he permitido adjuntar y en donde Ud. podrá hallar fundamentos para esta inquietud.

Esperando no distraer su valioso tiempo me despido agradeciendo la atención a esta nota y al mismo tiempo, hago propicia esta grata oportunidad para formularle mis mejores votos de éxito en ese importante cargo parlamentario.

Le saluda muy atentamente,
Juan Horacio Balmelli Urrutia
Viña del Mar

NOTA DE LA REDACCION:
Aunque esta carta fue mandada hace casi dos meses, creemos que el tema es de completa actualidad y merece la atención del pueblo chileno. A este documento solo hemos borrado la dirección del remitente.