lunes, 1 de septiembre de 2008

Muy buenas cartas

Señor Director:
Grandes chilenos
Quiero hacer un comentario sobre un programa de TVN.
¡Cómo es posible que las personas que dirigen dicho canal puedan ser tan “caradura” para hacer creer que en su mentado programa “Grandes Chilenos”, la elección de los candidatos fue por elección popular!

Si así fuera, ¿qué clase de televidentes tiene TVN que en doscientos años de historia no encontraron candidatos más idóneos? Esto habla mal de nuestro país. ¿A esto se llama programa cultural?

Estos directivos piensan que todos los chilenos somos ingenuos y vamos a tragar que la elección no será manipulada para que gane Allende y con esto convencer a los chilenos de que este es el personaje más importante de la historia de Chile.

Brenta Perocarpi Aravena

Señor Director:
¿Terrorismo o no?
Incendiaron la casa del agricultor Eduardo Luchsinger sin robar absolutamente nada. Según la RAE, terrorismo es: “Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. Sin embargo, el ministro de Interior los cataloga de delincuentes y descarta que el Gobierno solicite aplicar la Ley Antiterrorista. Tal vez esté equivocado, pero hay algo que no calza.

Miguel Segovia A

Señor Director:
¡PROSELITANDO EN HORA DE COLACION!
Con ocasión de la cuestionada presencia del gobernador de Chacabuco Isidoro Guitlitz (DC) en el acto de respaldo -proselitismo y/o intervención electoral- a los candidatos a alcaldes y concejales decés realizado en Quilicura, Región Metropolitana, que encabezó el “sureño” senador Eduardo Frei el retropróximo miércoles 27 -aprovechando la semana circunscripcional-, el vocero Francisco Vidal la justificó aduciendo que Guitlitz había participado en dicho acto haciendo uso de su auto particular y apegado estrictamente a “su hora de colación”, diferenciando así “horas de trabajo” y “horas de tiempo libre”, en las que el gobernador puede hacer lo que quiera, ejerciendo su irrenunciable derecho de ciudadano común y corriente.

Así, vuelve al debate la calidad o condición laboral de nuestras autoridades, que si bien tienen un horario de trabajo -flexible en cuanto a entrada y salida-, son autoridades las 24 horas del día, los 365 días año, debiéndose a todos los chilenos y no sólo a una parte de ellos. No en vano se han auto-denominado “servidores públicos” -al igual que nuestros parlamentarios- para diferenciarse del “funcionario público” común, quien sí trabaja de lunes a viernes y tiene un estricto horario laboral: entrada, “colación” y salida, y sí podría proselitar en su hora de colación -haciendo malabares en cuanto a reloj-, después de su trabajo diario, los días sábado, domingo y festivos si así lo deseare, como entrega a la causa partidista que milita y con la cual simpatiza, o hacerlo por imagen, por conveniencia laboral.

Aunque peque de majadería, me permito recalcar: cuando en el 2005 la oposición denunció el intervencionismo electoral que estaban haciendo ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores -entre otros altos funcionarios de la Administración Pública-, el entonces Presidente Ricardo Lagos Escobar -destacando sus dos roles: ser jefe de Estado y ser jefe de Gobierno, en una interpretación casuística, como la definiera el abogado constitucionalista Arturo Fermandois-, los defendió alegando que estaban en todo su derecho de salir a terreno a “destacar ‘la gran obra’ que estaba realizando su Gobierno y ‘los grandes logros’ obtenidos por los Gobiernos de la Concertación”, de una parte; y de la otra, que nada impedía que estos personeros públicos hicieran proselitismo “fuera de su horario de trabajo”.

Sin perjuicio de otros publicitados casos a la sazón, el “1 de enero de 2007” apareció el entonces ministro de Transporte Sergio Espejo junto a otros personeros, dando inicio a la marcha blanca de la tarjeta Bip -promocionando la entrega gratuita de ella-, innovador dispositivo de pago en los medios de transportes Metro y Transantiago.

Frente a estas actividades laborales de nuestras autoridades en días sábado, domingo y/o festivos, cabe preguntarse: ¿Cuál es el verdadero “horario de trabajo” que tienen o -por la naturaleza del cargo- son autoridades las 24 horas del día, debiendo estar en terreno en cualquier momento si así lo ameritan las circunstancias, sin recibir ningún estímulo pecuniario por ello, como sí sucede en el sector privado: “horas extras”, debidamente remuneradas, o el Gobierno sigue pagando “sobresueldos” con cargo a gastos reservados, los que como tales “no pueden ser investigados y “cometería delito” quien revelara el uso y destino de ellos”?

Considerando las declaraciones que hiciera el ministro Secretario de Gobierno Francisco Vidal, a fines de diciembre de 2007: “Cuando fui vocero y ministro del Interior, cargos en los que se trabajaba ‘de lunes a lunes’, debo haber trabajado unas 19 horas diarias”, de una parte; y de otra, teniendo presente la nota de Claudia Farfán, periodista de la Revista “Qué Pasa”, del viernes 23 de junio de 2006, aparecida el sábado 1 de julio de 2006: “Doce horas con Ricardo Lagos Weber”, entonces ministro Secretario General de Gobierno o “el vocero”, resulta imposible no preguntarse: ¿En qué momento podrían dedicarse al proselitismo -“intervencionismo”- en época electoral?

Finalmente, dentro del paquete de reformas políticas que se tramitan en nuestro Congreso hay una disposición que estaría declarando “de dedicación exclusiva” los cargos de senador y de diputado. ¿Debería legislarse en este sentido también para la labor pública de nuestras autoridades? Por lo visto, por mientras ello no se haga … el proselitismo o intervencionismo de la Presidenta de los ministros, de los subsecretarios, de los intendentes, de los gobernadores y de otros altos “servidores públicos” en época electoral se ajusta a derecho “y punto”, como diría Vidal, aunque haya públicas discrepancias entre nuestras máximas autoridades, como ha ocurrido hoy con la situación del gobernador de Chacabuco Isidoro Guitlitz, que ciertamente volverá a repetirse con otras autoridades, porque las grandes obras de estos gobiernos están hablando por sí solas, como lo hacen el Transantiago, EFE, los PGE y otros pastelitos, haciendo que cunda la desesperación en esta des-Concertación allendistadecé reinante ante el nuevo temor de perder el poder.
Atentamente,

Jorge Saavedra Moena, c.i. 6.015.115-6
Estimado Sr. director:
Arica abandonada
Arica tiene el más alto desempleo: de sus 180.000 habitantes, 12% está cesante; su capacidad hospitalaria no satisface las mínimas necesidades; los empresarios carecen de incentivos para invertir y no es posible aún desarrollar una industria turística sustentable por falta de infraestructura adecuada. Tan así, que el diario tacneño 'La Prensa' manifiesta al respecto: 'la rivalidad entre Tacna y Arica parece estar llegando a su fin con una clara y evidente supremacía de la ciudad del Caplina (Tacna), mientras la ciudad chilena se hunde poco a poco en la inviabilidad futura.'… 'de este modo se produciría una regresión histórica que nos llevaría a una situación que existía antes de la Guerra del Pacífico, cuando las 2 ciudades eran peruanas y Tacna florecía en habitantes y economía mientras Arica era un pueblo casi exclusivamente de trabajadores portuarios.' Con el reciente cierre de la armaduría de General Motors, la crisis se ha intensificado. Banderas negras manifiestan el mudo reclamo ciudadano por el abandono en que han sido dejados. Los ariqueños dependerán cada vez más de Tacna, ciudad que, por el contrario, florece pujante gracias a la voluntad política peruana de darle categoría de Zona Franca, sin impuestos. Por su estratégica ubicación geográfica al limitar con Perú y Bolivia y ser puerta de acceso al Pacífico para varios países del interior sudamericano, la región septentrional inviste una importancia geopolítica que no ha sido respetada ni considerada por el gobierno socialista, más aún ahora, con el reclamo peruano respecto al límite marítimo. La Concertación, una vez más, ha sido incapaz de desarrollar una adecuada gestión.

Atentos saludos
Adolfo Carrasco Lagos