Señor Director:
Justicia con clemencia.
Pertenezco a la promoción de oficiales egresados de la Escuela Militar en agosto de 1973. A diferencia de algunos de mis compañeros, que fueron asignados a unidades de inteligencia o antiterroristas, tuve la suerte de ser destinado a un regimiento del norte, donde la función central era prepararnos operacionalmente para enfrentar la crisis con Perú. Posteriormente, fui destinado a la Escuela Militar como instructor de futuros oficiales. Hice mis estudios de oficial de Estado Mayor; trabajé en el gobierno y más tarde fui honrado por el Ejército al destinarme como profesor de la Academia de Guerra. Terminé mi carrera militar como asesor en la comandancia en jefe del Ejército y hoy, titulado como abogado de una prestigiosa universidad, me dedico a la docencia en temas jurídico-militares.
Siempre me he preguntado cuál hubiera sido mi destino hoy, y el de mi señora e hijos, si el Ejército me hubiera mandado, a mis 18 años de edad, no a ese regimiento del norte y sí a cumplir funciones en unidades dedicadas al combate al terrorismo y la desarticulación de grupos guerrilleros que, en mayor o menor número, operaban en Chile a comienzos de los 70. ¿Qué tareas, lícitas o ilícitas, hubiera estado mandatado a cumplir? En medio de un clima social y político tan polarizado a nivel nacional y mundial, ¿qué capacidad hubiera tenido para distinguir en medio de ese clima si era correcto o no participar en actos que, en opinión del gobierno actual y de otros sectores, hoy transforman a mis compañeros de armas que sí actuaron en delincuentes, indignos de ser considerados como sujetos de clemencia? Sinceramente, no tengo respuesta.
El Presidente Piñera dijo sentirse tranquilo con su decisión en materia de indultos. Yo no estaría tan tranquilo.
Mario Polloni Contardo
Señor Director:
Rencores añejos.
Con asombro veo que, después de más de 30 años, persiste el rencor entre los chilenos; mejor dicho, entre los políticos. Lo anterior dice relación con la polémica que generó la propuesta de indulto presidencial por el Bicentenario, promovido por la Iglesia. Más aún, me causa sorpresa que personeros vinculados a un partido político muy cercano al pensamiento cristiano, como es la DC, sean tan tajantes para oponerse a que este indulto que busca beneficiar a personas que están privadas de libertad, de avanzada edad y enfermos, incluya a miembros de las FF.AA.
Existe una línea muy delgada que separa al justiciero del verdugo. El indulto a militares es necesario para la reconciliación y le hace bien a nuestra sociedad.