miércoles, 6 de octubre de 2010

Dos cartas que aclaran algunos panoramas...


Señor Director:


Potestades.


Unasur actúa rápido cuando un grupo de policías desafía las potestades de un Poder del Estado (Ejecutivo) en Ecuador; sin embargo, no le interesa cuando un gobierno extranjero desafía las potestades de otro Poder del Estado (Judicial) en Chile.

Mario Ríos Santander.

*****

Señor Director:


Deuda ancestral.


En forma reiterada, gobernantes, parlamentarios y políticos se refieren a una deuda con los mestizos descendientes de araucanos. Sin embargo, debido a su falta de conocimientos sitúan mal la deuda, equivocando al deudor y la índole de la deuda.


Los dominadores españoles, y luego los chilenos, entregaron todos los beneficios materiales y morales de una cultura superior y en lugar del agradecimiento hoy reciben denuestos y fechorías.


Los antiguos araucanos recibieron nuevas especies vegetales y animales: trigo, cebada, tomates, manzanas, duraznos, peras, guindas y cerezas, vacunos, caballares, ovejas, cabras y cerdos, que transformaron por completo su economía. La economía de subsistencia se transformó para crear un excedente que posibilitó el comercio con tierras alejadas. Ya en la Colonia ese tráfico fue más o menos intenso.


La introducción del arado, de madera al comienzo y luego de acero, de la guadaña, de la sierra, del hacha y de la carreta fue un gran apoyo.


Definitivamente, la caza y la recolección de pobres frutos y la agricultura estrecha y apenas naciente cedieron el paso al trabajo sistemático e intenso.


Los senderos abruptos y los pantanos fueron reemplazados por caminos y autopistas. Los vados de los ríos fueron superados por los puentes. Se alzaron poblados y ciudades, con los servicios indispensables. Hubo escuelas, colegios e internados que abrieron paso a los empleos más variados. En el siglo pasado y en el actual ha habido infinidad de profesionales. Numerosos han sido parlamentarios y ha habido ministros de Estado.


La gran mayoría, se estima que el 70%, vive en las ciudades, mientras permanecen reductos de pobreza en rincones apartados, donde han ido quedando los más rutinarios y carentes de iniciativa.


La deuda tiene otras connotaciones. La simple venganza del malón, fue reemplazada por la administración de justicia. El sentido cristiano de la existencia acabó con la venta de mujeres y niños y muchos otras costumbres chocantes.


Los hombres, que habían vivido en el ocio, fueron incorporados al trabajo y se liberó a la mujer de faenas duras y opresivas.


En materias de salud, el machi y los sahumerios cantados fueron reemplazados por el policlínico y el hospital, la penicilina, los antibióticos y el escáner.


Los adelantos de toda índole han sido efectuados con el dinero de todos los chilenos y digamos que la inversión no ha sido mala, pese a las fallas, porque la gran mayoría de los descendientes de araucanos, con inteligencia y decisión se han incorporado a la vida moderna de Chile. El propósito de integrarse ha sido una realidad permanente. En 2002, sólo el 16% hablaba "mapudungún" y de éstos el 9% lo hablaba peor que el castellano.


Tres años antes, una encuesta de Conadi señaló que sólo el 1,5% de las aspiraciones se relacionaba con el apoyo a la propia cultura.


Sergio Villalobos Rivera, historiador.