martes, 27 de mayo de 2014

Un par de cartas muy decidoras...









Señor Director:


Las reformas y el diálogo.


A propósito del diálogo que se pide y se promete en la discusión de las reformas tributaria y de educación, recuerdo lo que sucedió con Henry Ford. Sus ejecutivos le sugirieron que podrían fabricar automóviles de otros colores, y el señor Ford les dijo: "No hay problema, elijan los colores que quieran, siempre y cuando sean negros".


Rómulo Miño Rojas.



Señor Director:


La manoseada calidad.


Venimos escuchando hablar y pontificar y vemos escrito sobre la mejora de la calidad de la educación desde hace rato. Sin embargo, son escasas las definiciones que norman y esclarecen lo que se entiende universalmente por dicha calidad.


Uno de los aspectos que menos se mencionan es lo que célebres maestros como Platón o Aristóteles aplicaron en su peculiar forma de enseñar; es decir, “encantar a sus discípulos”. Ese es el gran desafío que hay por delante: formar e incentivar a educadores, profesores y maestros con vocación y entrega, que motiven y encanten a sus estudiantes. En definitiva, que dejen el alma en el aula, lo que sólo se logra cuando se ama lo que se hace.


Liliana Maier Neumann, académica Universidad Santo Tomás.