lunes, 16 de junio de 2014

Algunas cartas para meditar...









Señor Director:


La Araucanía sin ley.


En La Araucanía no existe el Estado de Derecho; no puede haberlo cuando la máxima autoridad política, el Intendente, no sabe para qué lado cortar.


Primero pidió perdón a una etnia que, respetable, se encuentra infiltrada por terroristas que asuelan la Región. Después visitó en la cárcel al único condenado por el asesinato alevoso de un matrimonio esforzado de la zona y lo declaró personaje “emblemático”. Ahora reconoce que no tiene opinión frente al absurdo de que la Corte de Apelaciones de Temuco haya acogido a trámite un recurso de protección en favor del terrorista.


Este rumbo errático de la autoridad se agrava cuando le parece “razonable” que el Estado, que él representa, repare a las víctimas de los ataques en La Araucanía. Más allá de la obvia Justicia de esta reparación, ella no sería necesaria si se hicieran respetar las Leyes y la Constitución.


Patricio Mackenna Salas.



Señor Director:


Inquietante comparación.


No sé qué cosa es lo que más me preocupa: que la reforma educacional, tal como lo dijo el Ministro Eyzaguirre, sea comparable con la reforma agraria, o que dicha comparación sea vista como algo bueno.


José Antonio Vidal Robson.


Señor Director:


Campaña del terror.


Cuando la oposición afirma que la reforma tributaria propuesta provocará serios problemas en la economía del país: baja de la inversión, aumento del desempleo, alza del precio de las viviendas y otros, y que sus efectos los pagará la clase media, el oficialismo califica estas predicciones como campaña del terror.


Por otra parte, el oficialismo sostiene que si no se le entregan los recursos que están demandando para realizar sus reformas, vendrá un estallido social de proporciones. Sin embargo, esta última predicción para el oficialismo no sería una campaña del terror, sino una seria estimación del futuro.


Una vez más, todo depende del color del cristal con que se mira.


Gastón Josephson Reizin.


Señor Director:


¿Y la calidad?


¿Por qué si el tema es la educación no se habla de lo más importante, su calidad?


De partida, no se está valorando lo que hemos conseguido como país, ya que estos avances son el punto de partida para obtener el punto de llegada. Es así como estamos enfrascados en temas de propiedad, y no en cómo fortalecer la educación pública, sin desmantelar la privada.


Además de un debate crispado, donde se olvida que en educación no hay atajos fáciles, sino políticas a ser seguidas por distintos Gobiernos, no hay suficiente evidencia o acuerdo en las propuestas que han salido del Ministerio respectivo.


Se han olvidado los agentes más importantes, como lo son el profesor y la familia, esta última objeto de ataques ofensivos. En otras palabras, no puede haber calidad si no se empieza por lo que ocurre en la sala de clases, a lo que no contribuye mucho la compra de infraestructura, donde además las tendencias demográficas pueden conducir a que en algunos años sobren metros cuadrados por falta de jóvenes.


No han aparecido los desafíos del siglo XXI, tales como lograr que seamos más creativos con la información que disponemos; que el aprendizaje supere al entrenamiento, y cómo lograr integrar la cultura visual que hoy predomina a los programas educativos.


En nuestro siglo, toda política educacional debiera tener al menos dos pilares: la diversidad y la igualdad de oportunidades. Hablar de calidad es también enfrentar temas como el nivel de nuestra televisión frente a la cual los niños pasan casi tantas horas como en un aula, y también que el sistema se proponga ir más allá de la mera instrucción para formar también buenos ciudadanos, lo que incluye el tema abandonado del respeto y la disciplina por parte del alumno, como también que se ayude a aquel con mayores problemas al mismo tiempo de elevar las exigencias para quien enseña.


Como país estamos perdiendo el horizonte, y lo peor que nos podría pasar es desaprovechar una oportunidad casi única para mejorar.


Dr. Ricardo Israel, Vicepresidente Ejecutivo Corporación de Universidades Privadas.


Señor Director:


Tenencia de armas.


El Subsecretario de Prevención del Delito demuestra un desconocimiento total de la Ley de Control de Armas. Afirma que es necesaria una reinscripción total de armas, cuando Carabineros tiene al día toda la información. Afirma que “al comprar un arma en el mismo lugar se inscribe. No en otro sitio, porque entre que compre el armamento y la inscriba puede pasar mucho tiempo”. Esto es incorrecto: primero se hace la solicitud a Carabineros, quien exige una serie de requisitos como el examen siquiátrico, examen de conocimientos de Armas y de la Ley respectiva, se investigan antecedentes y sólo si se cumplen los requisitos se autoriza la compra del arma, no antes y no se entrega el arma antes de inscribirla.


Sergio Correa Herrera.