viernes, 6 de junio de 2014

Cartas medulares sobre temas de contingencia...






Señor Director:


Discusión sobre el aborto.


Algunas pistas para fabricar un discurso proaborto son las siguientes:


1. Comience diciendo que lo importante de la cuestión del aborto es discutirlo todo con madurez, altura de miras y discernimiento. Deje entrever que quien se opone al aborto no está cumpliendo con esta condición, y probablemente se trate de algún tarado, presa de tabúes ancestrales;


2. Añada que es importante "hacerse cargo" de la realidad del aborto. Ingénieselas para que "hacerse cargo" sea sinónimo de "legalizar";


3. Haga hincapié en que usted considera que el aborto es algo malo y lamentable y que jamás abortaría, pero al mismo tiempo destaque que, como persona democrática, jamás les impondría este punto de vista a todos;


4. Haga saber que la posición proaborto es el estado de cosas en los países desarrollados, como Francia, Inglaterra o España. Omita que el aborto también está legalizado en los países más pobres del mundo, como Etiopía, Burundi y Liberia;


5. Ataque siempre el doble estándar de quienes argumentan en contra del aborto: si es derechista, enróstrele su apoyo a Pinochet; si es católico, afirme que la Iglesia no tiene autoridad para hablar de moral; si es judío, recrimínele el trato a los palestinos; si es musulmán, lamente el trato vejatorio a las mujeres, etcétera;


6. Aliñe su discurso con muchas cifras sobres los abortos clandestinos en Chile. (Si alguien señala que no puede haber cifras de hechos clandestinos, justamente porque son clandestinos, diga que esto es culpa de la prohibición del aborto, porque si hubiese aborto legal, no habría aborto clandestino);


7. Si alguien afirma que el feto es un ser humano, empéñese en mostrar que la ciencia no está de acuerdo en este punto. Si alguien le intenta mostrar paso a paso el absurdo que se sigue de asignar mediante una edad arbitraria (por ejemplo, '3 meses', '54 días') el estatus de 'ser humano' a un individuo, diga que la Iglesia Católica ha cambiado su postura, porque según Santo Tomás de Aquino el feto no era persona;


8. Si alguien se empeña en mostrarle mediante conceptos filosóficos que un feto es un ser humano y, por ende, sujeto de derechos, niegue que la metafísica provea de conocimiento cierto (hay que ser racional pero no tanto), y


9. Si alguien intenta mostrar que el feto es un ser humano con independencia de su edad, no tenga vergüenza intelectual en decir que "la humanización del feto surge de la relación cultural con la madre, cuando el embarazo es un estado deseado y la madre se desdobla en su sentir, dando origen a un ser que tiene nombre y futuro" (H. Maturana, sic).


Patricio Domínguez Valdés.


Señor Director:


Situación de Codelco.


Leí en el diario las declaraciones del recién asumido Presidente de Codelco, Oscar Landerretche, en las cuales indicó que la situación de la empresa es crítica. Señala que urge una capitalización con fondos soberanos, so pena de dañar seriamente el potencial de la empresa para entregar excedentes al Fisco.  De no capitalizarse, dice, haría falta subir impuestos para compensar esta merma de ingresos fiscales, lo cual, a su vez, dañaría el crecimiento del país.


 Me preocupa la dependencia que tiene Chile de Codelco. ¿No sería más sensato bajar la dependencia de Codelco en vez de incrementarla? Invertir fondos soberanos en capitalizar Codelco es poner “más huevos en la misma canasta”.


Mi sugerencia concreta -que vengo proponiendo desde el 2009- es capitalizar Codelco vía la colocación de acciones de pago entre inversionistas chilenos: AFP, compañías de seguros y personas naturales. En concreto, propongo crear una nueva serie de acciones equivalente al 40% del capital accionario de la empresa, e ir colocando 5% de la propiedad por año. Esto implicaría inyectar US$ 4 mil millones al años durante los próximos ocho años a Codelco. Esta propuesta tiene cinco ventajas:


  1. Otorga recursos frescos a la empresa para que pueda emprender sus proyectos sin menguar recursos fiscales.


  2. Mejora el gobierno corporativo de la empresa al incorporar vigilancia privada. Tal vez no se hubiesen hecho las tristemente célebres operaciones de venta de cobre a futuro el 2005 y 2006.


   3. Profundiza el mercado de capitales local.


   4. Baja la dependencia del Estado chileno de Codelco y el cobre.


    5. Libera recursos para otros fines más rentables, como mejor educación.


Paul Fontaine B.


Señor Director:


Precisiones respecto del lucro.


En la presentación del Ministro de Educación se afirma que el lucro se habría introducido en la década del 80 y que, junto con el financiamiento compartido, habría acentuado la caída de la matrícula en el sector municipal.


Sin embargo, esto no es verdad. Durante el siglo XIX, el Estado entregaba aportes a los colegios con fines de lucro, lo que se institucionalizó en 1908, cuando el Ministerio de Instrucción Pública determinó los requisitos que las escuelas privadas debían cumplir para recibir subvención, y luego con la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria de 1920.


Lucro con recursos del Estado ha existido hace más de un siglo y medio en nuestro sistema educativo. Difícilmente, entonces, puede ser el responsable de la caída de matrícula del sector Municipal. Es importante que las autoridades de Gobierno conozcan la evolución histórica de nuestro sistema educacional, pues de lo contrario pueden promover medidas por las razones equivocadas.


Sylvia Eyzaguirre.



Señor Director:


Reconstrucción pendiente.


Resulta sorprendente que la Presidente Bachelet cuestione el avance y las cifras de la reconstrucción por el 27-F realizada por el Gobierno del Presidente Piñera, en circunstancias de que los procesos de reconstrucción por el terremoto de Tocopilla (2007) y por la erupción del volcán Chaitén (2008), ambos hechos ocurridos durante su anterior mandato, aún no terminan.


También conviene recordar que bajo el mandato de Piñera se reconstruyeron en cuatro años más de 200 mil viviendas, el mismo plazo que se fijó esta administración para reconstruir las tres mil casas destruidas por el reciente incendio de Valparaíso.


Jacinto Gorosabel O.