domingo, 9 de marzo de 2008

Un par de cartas...y nuestras notas....


Señor Director:

El gran capital de Chile fue históricamente el ser apreciado como un país confiable, certeza mundial que hizo posible consolidar nuestra República y nos permitió a los chilenos integrarnos a la comunidad internacional con la frente en alto.


El funcionamiento eficiente y honesto de nuestras instituciones indujo a muchas naciones amigas a replicarlas, incluso poniendo al frente de su organización a distinguidos funcionarios nacionales.Motivo de orgullo ha sido siempre para nosotros la admiración que en todos los rincones de la tierra provocan, por ejemplo, la Corfo y la Contraloría General de la República.

Por eso, denunciamos que atacar a cualquiera de ellas es ponerse de espaldas a la historia y desconocer las energías creativas que puso Corfo para cimentar el desarrollo global del país, y el sello de transparencia y severa vigilancia con que la Contraloría nos hace sentir que nuestra patria es un espacio donde toda su ciudadanía puede vivir con dignidad.

El actual contralor, y la Contraloría General de la República, son merecedores hoy del admirado reconocimiento y decidido respaldo de quienes no aceptamos se juegue con el más noble capital de Chile.

Hernol Flores Opazo
Ex Presidente Nacional de ANEF

Nota de la Redacción: Esta carta la hemos tomado de otro medio por considerar que trata de manera magistral un tema conflictivo y por la defensa que hace de dos instituciones que han sido fundamentales en nuestra República.

Señor Director:

Para mis conciudadanos más jóvenes u olvidadizos que pueden pensar que por fin la Concertación bajó algunos impuestos —específico a las gasolinas y de timbres y estampillas—, debo aclarar que no ha sido así. Efectivamente, en 1993, cuando recién comenzaba a gobernarnos el socialismo, el impuesto específico a las gasolinas era 3,6 UTM por metro cúbico. En la ley aprobada esta semana en la Cámara de Diputados este impuesto se “baja” a 4,5 UTM por metro cúbico por dos años, para luego volver a 6 UTM, su actual nivel. ¿Se podrá, en justicia, llamar a esto una baja de impuestos?

En el caso del impuesto al crédito (o de timbres y estampillas), la ley lo eliminó para las micropymes y lo “bajó” a 1,2% de su actual nivel de 1,6% para el resto. En 1993 el impuesto al crédito era de 1,2%. O sea, en realidad, los socialistas no han bajado impuesto alguno. Sólo han bajado parcialmente los impuestos que antes ellos mismos habían aumentado. Sigue siendo cierto que los socialistas no bajan impuestos (salvo los aranceles aduaneros, para ser justos). El único que se ha enriquecido con el aumento del precio del cobre es la Concertación; nadie más.

Julio Dittborn.

Nota de la Redacción: Nos parece notable que el Diputado no haga mención las alzas del IVA, impuesto regresivo que afecta de manera brutal a los más humildes, cuya tasa ha sido aumentada varas veces, al menos dos, con distintas razones, con plazo de vencimiento del alza, y que los chilenos seguimos pagando después de pasar años.

Nos hubiera parecido además importante que hubiera explicado los motivos de la creación y los distintos aumentos del especifico a los combustibles, la justificación para no haber bajado los permisos de circulación, sobre todo considerando que ya no permiten circular libremente por calles, avenidas y carreteras que nos fueran “expropiadas por la Concertación".

Creemos que en el tema tributario hay demasiado paño que cortar, como por ejemplo, la mantención absurda del ILA a las bebidas de fantasía.