jueves, 13 de marzo de 2008

Dos interesantes cartas y una declaración de estudiantes de la UCV.

Señor Director:

El programa Chilecalifica, del Ministerio de Educación, tiene 400 funcionarios y un presupuesto de 150 millones de dólares. La mitad, aportados por el Banco Mundial. El objetivo de Chilecalifica es la capacitación y nivelación de estudios de adultos, especialmente de jóvenes. ¿Cuál es el balance de Chilecalifica hasta ahora?

Un edificio arrendado para oficinas de la institución en 150 millones de pesos anuales. Se pagó anticipadamente el primer año. Sin embargo, la ministra Provoste, vencido dicho plazo, devuelve el edificio sin haberse ocupado nunca; los famosos cheques "clonados", esto es, repetir un cheque auténtico y cobrarlo por segunda vez a través de un testaferro. ¿Monto? 23 millones de pesos. En Rancagua, posibles fraudes a Chilecalifica por empresas "ejecutoras" del programa "varias", pero todas esas empresas relacionadas con una misma familia. Monto del fraude: 70 millones de pesos; también en Rancagua, 300 millones de pesos entregados a una universidad sin destino claro; en Coquimbo, otro sumario que se arrastra y cuyo monto no se especifica ("El Mercurio", 2 de marzo de 2008). Estos hechos, si bien no son parte de la acusación contra la ministra Provoste, ¿no constituyen "infracción de ley"? Así se despilfarra el dinero de los chilenos.

Maximiano Errázuriz, Diputado

Aunque no corresponde a una carta, creemos que esta declaración de los estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso, merece y debe ser difundida:



D EC L A R A C I Ó N P Ú B L I C A

Valparaíso, Marzo 2008
A la comunidad Universitaria;
Año a año se ve por las calles de las distintas ciudades del país, deambular a jóvenes recién ingresados a la educación superior sucios y maltrechos, por lo que se denomina la bienvenida o mechoneo.
Creemos que vulnerar la dignidad de las personas, sólo por el hecho de disfrutar un poco el momento de ver a otro en una posición incómoda no es el ideal de jóvenes de la “Educación Superior Chilena”, y no es un acto de bienvenida digno para cualquier estudiante. Por esto que la FEPUCV llama a respetar en todas sus formas al estudiante que ingresa a la educación superior.
La FEPUCV, repudia cualquier acto que este en contra de los derechos de las personas, o que intente de alguna manera vulnerar la dignidad humana, creemos que el mejor recibimiento consiste en hacer sentir al estudiante novato parte de la comunidad universitaria, en donde el concepto de universidad esta por sobre cualquier acto vejatorio.
Consistentes con este llamado, la FEPUCV convoca, en conjunto con la universidad, a fondos concursables que facilitan a los distintos Centros de Alumnos y Estudiantes a dar bienvenidas creativas e integradoras a nuestros compañeros. Esto ha permitido unir al estudiantado por medio de tours, apadrinamientos, charlas informativas, paseos, fiestas, visitas a empresas, entre otras actividades.
Esperando que la presente sea un llamado al respeto y a la realización de actividades que reemplacen las bienvenidas vejatorias.
Federación de Estudiantes Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Señor Director:

IRREGULARIDADES Y/O CORRUPCION

“Chile es un país decente”, dijo recientemente nuestra intuitiva socialista Presidenta Michelle Bachelet, en momentos en que irregularidades contables relacionadas con el pago de subvenciones escolares en la Región Metropolitana, detectadas por la Contraloría, remecen al Ministerio de Educación, provocando “la renuncia” del seremi Alejandro Traverso (PS), y una acusación constitucional a la ministra Yasna Provoste (DC), frase pa’l bronce que nos hace recordar aquélla otra del entonces Presidente Ricardo Lagos -“¡Crecer con igualdad!”-, en enero de 2003: “Chile es un país de gente honesta”, dicha en medio de las sísmicas irregularidades y actos de corrupción -pago de millonarias indemnizaciones en organismos fiscales, financiamiento electoral, caso “coimas”, Mop-Gate, sobresueldos, y otros- que afectaban al oficialismo -cuyos miembros gritaban a “voz en cuello”: “No disparen a la bandada”-, popularizando también su ecoica sentencia: “Caiga quien caiga”, que también repitió la señora doña Michelle -“¡Palabra de Mujer!”- en el marco del escándalo en Chiledeportes, amén de manifestar: “La corrupción me indigna”, pidiendo no calificar de corruptos a todos los funcionarios públicos, como también se hizo “en la administración anterior”, que tomó rimbombantes medidas pro “transparencia y probidad” para evitar hechos similares “en el futuro”, porque ellas -las irregularidades y actos de corrupción- eran sólo “características de la dictadura”. Análogas medidas -también anunciadas con bombos y platillos- se han tomado en este “Gobierno Ciudadano”, pero ... ¡sigue la fiesta! y ¡tenemos que salvarnos a como dé lugar, porque después de ésta no hay otra!

Irredargüitivas, indiscutibles, resultan las frases presidenciales: “Chile es un país decente” y “Chile es un país de gente honesta”, porque sí la mayoría absoluta de nosotros, chilenos, lo somos, pero no se aproveche de ello el Gobierno para seguir bajándole el perfil a esta lacra y amparando a sus cultores, por mucho que hayan padecido tanto durante la dictadura, que si cometió “horrores” -atropello de los derechos humanos-, responsables también son ellos, porque no tan sólo pensaban en contrario, “actuaban”, tanto de frente, como desde la clandestinidad, accionar del que hoy hacen una alegoría reditable: Verdad, a medias; Justicia, presionada, y Reparación ... vergonzosa, que mancha la memoria de los idealistas caídos en su suicida lucha armada o resistencia, alentada, apoyada y financiada desde el extranjero, oficiando algunos/as de patrióticos/as correos o valijeros, como recuerda el senador Camilo Escalona (PS) en un reciente libro suyo.

Ecos: “El golpe de Estado se hizo inevitable”, el senador Ricardo Núñez (PS); “Muchos de mi generación dábamos por sabido que si éramos detenidos íbamos a ser torturados y probablemente muertos ... Yo sabía perfectamente bien en qué estaba metido ... Me considero distinto a la gente que sufrió con la sensación de que eran plenamente inocentes”, el sociólogo Antonio Cortés Terzi (PS), y “El primer gobierno socialista en Chile fue malo”, don Ricardo Froilán.

Atentamente,
Jorge Saavedra Moena, c.i. 6.015.115- 6