miércoles, 9 de julio de 2008

Excelentes cartas

Director:

El impuesto a los combustibles y su notable capacidad para mantenerse por más de 20 años, a pesar de haber sido creado para reparar caminos terremoteados, resulta una buena prueba del grave error de los legisladores de crear impuestos que no cesen de inmediato junto con la razón para la que se crearon.

En el caso en comento, la mayoría de los caminos son reparados hoy por los propios usuarios; de esta forma, pagamos dos veces por lo mismo, un dinero al concesionario y otro al Estado, que lo usa para otras cosas.

En el caso actual, el tema se ha puesto de moda porque los senadores han expresado con razón que el impuesto no se justifica. Habría que agregar al acuerdo del Senado que el impuesto, al ser parte del precio, afecta a toda la economía por la inflación, y como ésta opera como una espiral es difícil cuantificar cuán grave ha sido no terminar con este impuesto.

A lo anterior se agrega la grave política del Gobierno de no anular los efectos del alza del petróleo con el incremento desmedido del precio del cobre. Se sospecha, con fundamento, que cobre y petróleo han subido por la misma razón, y resulta irracional hacer pagar a todo el país la subida del petróleo y guardar en los países ricos los excedentes del cobre, que hoy permiten comprar la mitad del petróleo que hace un año. Peor negocio imposible, que justificaría una perfecta acusación constitucional por grave abandono de deberes.

La guinda de la torta de todo lo anterior se está produciendo con la actuación del Banco Central, que irá subiendo la tasa de interés para supuestamente impedir el alza de la inflación, que en gran parte tiene su origen en los combustibles con la mochila impositiva. Agréguese a eso la presión para disminuir el gasto fiscal, y tendremos una combinación que nos lleva a una disminución mayor de la actividad económica actual.

Ante tanta irracionalidad, ejerzo mi derecho de reclamar por un cambio profundo en los conductores económicos.

RAMÓN BRIONES ESPINOSA

Señor Director:

Una cosa es que el Estado sea eficiente realizando la labor que le corresponde por excelencia -a saber, reivindicar el uso de la fuerza-, y otra es que el Estado sea grande e intervenga en diversas áreas de la vida social. En el primer caso se asegura la paz, que es condición necesaria de la libertad, mientras en el segundo se usurpa el espacio que corresponde a la libre iniciativa individual. Así las cosas, más Estado no significa necesariamente más libertad. De hecho, puede significar todo lo contrario, como lo demuestran los casos de los socialismos reales en que la libertad fue sencillamente aniquilada por el Estado.

El problema fundamental de América Latina no ha sido la falta de Estado, sino la combinación de un exceso de éste en el sentido recién descrito, con la incapacidad de reivindicar satisfactoriamente el monopolio de la fuerza y hacer cumplir la ley -eso que los anglosajones llaman "law enforcement"-. De esta forma, históricamente la libertad en Latinoamérica se ha visto limitada básicamente por una razón: la existencia de estados sobredimensionados y a la vez ineficientes.

AXEL KAISER

Señor Director:

LA DC Y LA CORRUPCION

En la reciente Junta Nacional de la DC no podía estar ausente el tema de la corrupción que afecta a la clase política toda, pero en mayor grado a esta des-Concertación allendistadecé reinante, no obstante:

“Tenemos las manos limpias de peculado y de sangre”, Enrique Krauss, septiembre de 1998. “Los funcionarios públicos de nuestro partido deben entender que están en sus puestos para servir a la gente y no a sus intereses personales. Hay que recobrar la mística y la entrega. Tenemos que desterrar cualquier brote de corrupción o falta de transparencia”, Andrés Zaldìvar, octubre de 1998. “No somos ladrones ni corruptos”, Eduardo Frei, octubre de 1999. “Mis manos están absolutamente limpias y no tengo nada que ocultar”, Ricardo Lagos, diciembre de 1999. “Durante los últimos tres años del gobierno de Eduardo Frei hubo un excesivo gasto fiscal que debilitó gravemente nuestra economía”, Nicolás Eyzaguirre, marzo de 2000. “En mi Gobierno hubo personas que abusaron de mi confianza”, Eduardo Frei, septiembre de 2000. “Devuelven dichos dineros y siguen en sus cargos o se van para la casa”, Ricardo Lagos, septiembre de 2000. “Caiga quien caiga”, Ricardo Lagos, octubre de 2002.

Se tomaron rimbombantes medidas varias, y el tiempo siguió pasando …

“La corrupción me indigna”, “Vamos a ser implacables, vamos a investigar y sancionar hasta las últimas consecuencias, “Aquí no sólo está en juego una situación puntual, sino que puede estar en juego el prestigio y la imagen del país”, y “Se tiene que llegar hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga”, Michelle Bachelet, marzo de 2006 y octubre de 2006. “Son cosas del pasado, de la administración anterior”, Ricardo Lagos Weber, octubre de 2006. “Esto está por sobre la hojarasca de estos días”, Ricardo Lagos, noviembre de 2006. “Creo que esto es estiércol”, Camilo Escalona, noviembre de 2006. “Se han descubierto hechos irregulares, pero no es que se venga el mundo abajo; creo que se ha magnificado mucho. Son hechos pequeños dentro de un conjunto de (las) cosas”, Patricio Aylwin, noviembre de 2006. “Yo no vine de Estados Unidos, no estuve con el Presidente Allende en La Moneda, no estuve exiliado para aguantar tanta huevá", Fernando Flores, noviembre de 2006. “Engañamos al país si no le tomamos el peso a la gravedad de las irregularidades que se han descubierto”, Eduardo Frei, diciembre de 2006. “Todos los problemas de corrupción son herencia del gobierno de Lagos”, Jaime Mulet, diciembre de 2006. “Si un funcionario público señala cómo se han gastado los gastos reservados, comete delito” (?), Paulina Veloso, diciembre de 2006. “Cualquier funcionario público, como las personas privadas que van a la justicia, tienen que declarar y dar toda la información” (?), Michelle Bachelet, diciembre de 2006. “La Concertación inventó ‘una ideología’ para avalar la utilización de recursos públicos en campañas políticas”, Jorge Schaulsohn, diciembre de 2006. “Con el dinero de los chilenos no se juega ... Quienes atentan contra los intereses del Estado, especialmente en Educación, merecen todo el castigo y el rigor de la ley”, Michelle Bachelet, febrero de 2008.

Se toman “nuevas” rimbombantes medidas varias, y el tiempo sigue pasando …

Ecos: “Queremos que ustedes sepan que la plata que en Chile hay la vamos a gastar y la vamos a gastar bien” y “Hay que mantener la serenidad”, la señora doña Michelle: “¡Palabra de Mujer!”

Atentamente,

Jorge Saavedra Moena, c.i. 6.015.115-6