martes, 1 de julio de 2008

Una sola, pero de fondo

Sr. Director

He leído con mucha atención el artículo del abogado Sr. Jose Zalaquett, publicado el día de hoy en el cuerpo D de El Mercurio, relacionado con la situación de los mal llamados Derechos Humanos, al respecto no puedo comprender la razón por la cual no se entiende la solicitud hecha por la CREN., a través de la entrevista efectuada al Gral., Gonzalo Santelices publicada en su mismo diario el Domingo pasado.

En efecto, lo que queremos los militares en retiro, no es clemencia por haber salvado a Chile de las garras del comunismo y convertirlo en un prospero y pujante país, sino solo que se haga justicia, aquella que proviene de un debido proceso efectuado de acuerdo a las leyes y reglamentos vigentes , que se transparente la verdad de ambos lados y no solo exigirla del lado de los militares, por cuanto una gran parte de los terroristas que murieron en esa época poco o nada tenían de blancas palomas, en ese orden no es posible que se haya indultado, amnistiado e indemnizado a la mayor parte de los terroristas involucrados en hechos de sangre, vale decir están libres, pero los militares están encarcelados y han sido enjuiciados bajo esas mismas leyes.

Se acepta la ficción del secuestro permanente, cuando ella definitivamente no existe en la legislación chilena, sin embargo se encarcela a militares acusados de mantener secuestrados a personas por más de 30 años a la fecha y por otro lado los restos óseos que se han encontrado desde hace ya largo tiempo, aun esperan que alguien haga algo para reconocer su identidad y de esta manera cerrar varios capítulos de esta triste historia.

Zalaquett valida los tratados internacionales pero omite que ellos (con excepción de la Convención de Ginebra) no han sido ratificados por el Congreso, por lo que no tienen vigencia en Chile y por otro lado no descarta la aplicación de la Ley de Amnistía, pero insiste en dejar fuera a quienes llama la "cúpula de la DINA", omitiendo la edad, el grado y otros antecedentes de importancia metiendo también a jóvenes en el saco "cupular".

Condiciona la clemencia a la entrega de la verdad, sin mencionar que los jueces se han burlado vilmente de quienes la han dado a conocer, sin aplicarles clemencia alguna.

Reconoce que hay gente de los DD.HH. que se arroga una condición de superioridad moral para bloquear las alternativas de aplicación de clemencia, no obstante plantea que esto debe terminar pero sólo porque se están muriendo los que conocen la verdad.

Si bien opina que la solución es política, afirma que los mismos políticos están delegando su responsabilidad en la justicia.

No queremos clemencia, solo queremos un Estado de Derecho donde se apliquen las leyes por igual para todos y sin excepción.

Pablo Opitz Arancibia , Coronel de Ejercito (R), Miembro de la CREN.