Señor Director:
Parece que aquello del «maestro chasquilla», la precipitación y falta de prolijidad está llegando a las reformas constitucionales. El lunes 4 de enero, se publicó la Ley N.o 20.414 de reforma constitucional en materia de transparencia, modernización del Estado y calidad de la política. Obviamente, con la firma de la Sra. Presidenta, de varios ministros y la comunicación del subsecretario de la Presidencia. Hasta aquí, las cosas muy bien.
Sin embargo, 3 días después, el jueves 7 de enero, en la portada del Diario Oficial (DO), mencionan la palabra “Rectificación” sin ninguna referencia a lo que se rectificaba. En la Pág. 3 se rectifica nada menos que la propia publicación de la promulgación de la reforma, agregando frases y suprimiendo otras. Todo ello, sin ningún pie de firma, ni siquiera indicar que lo hace el director del DO. Así las cosas, podemos suponer que mediante una simple rectificación, el DO se convierte en poder constituyente derivado, provocando además una confusión e inseguridad jurídica increíbles de concebir. Igualmente, la reforma incluyó el reemplazo de una oración del párrafo quinto del No. 15 del Art. 19 de la CP, el que, si se analiza con detención, también genera todo tipo de dudas.
La premura y la redacción de reformas sin meditación, el estudio y el debate serio y reposado están causando graves daños al prestigio que Chile tiene ante el mundo como un estado de derecho.
Fernando Saenger G