Señor Director:
Hospitales y concesiones.
En los últimos 30 años, la Región Metropolitana incrementó su población en más de dos millones de personas, mientras que los hospitales construidos en este período fueron sólo dos. Se necesitan concesiones para mejorar la infraestructura, con un usufructo no a través de la gestión clínica, sino en negocios paralelos que tengan una regulación seria y responsable de nuestras autoridades.
El sistema de concesión de los hospitales, impulsado por el Gobierno tras la grave situación de infraestructura, acentuada aún más por los efectos del terremoto, no es una idea nueva: ya en los años 80 se crearon las corporaciones privadas de desarrollo que se hicieron cargo de hospitales, como el Paula Jaraquemada en Santiago.
Pero sabemos que se requiere una cirugía mayor en el sector: sobra personal en el ministerio, en la superintendencia y en los servicios de salud. Por el contrario, faltan funcionarios en la red asistencial, donde se sigue observando el triste fenómeno de pabellones, servicios de rayos y de endoscopia “muertos” en las tardes por falta de especialistas, y donde permanentemente se debe lidiar con un personal desgastado y poco motivado.
Los hospitales nuevos demoran años en concretarse desde su rimbombante anuncio en programas de candidatos a La Moneda, a veces son “abortados” como ocurrió con el proyecto “Salvador Infante” o postergados como ha ocurrido con La Florida y Maipú por eternos análisis de factibilidad.
¿Si las carreteras que usamos se construyeron con recursos privados, por qué negarse a hacer lo mismo con la salud pública? Necesitamos hospitales dignos y bien implementados para servir a quienes pierden su trabajo y deben cambiarse de una isapre a Fonasa, a los jubilados con rentas paupérrimas y a los inmigrantes de países vecinos.
Dr. Jaime Contreras Pacheco, Director Escuela Medicina U. Andrés Bello
Universidad del Desarrollo